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Era un viaje tranquilo en el auto, ninguna de las dos hablaba, algo que era cómodo para Tzuyu ya que  no estaba de ánimos para charlar con Sana.

Tzuyu se mantenía observando el paisaje a través de la ventana, este camino se le hacía algo familiar, pero no sabía de dónde.

Sana irradiaba felicidad, estaba sumamente emocionada por este día y las cosas que podían pasar.

Siempre se mantenía positiva.

Sana encendió la radio para que el viaje no fuese aburrido para su amada y así, Tzuyu pudiera disfrutar escuchando música.

"Se avecinan fuertes lluvias, lo más recomendable para todos es no salir de casa"

Al escuchar esto Sana rió.

– Ya estamos cerca – Avisó Sana.

– Está bien – Respondió.

Tzuyu siguió mirando por la ventana, cuando de repente Sana detuvo el auto enfrente a una casa.

La taiwanesa quedó algo impresionada, no esperaba este sitio.

– ¿Recuerdas cuando las traje aquí? – Preguntó Sana quitándose su mascarilla enseñando una gran sonrisa.

– Si, lo recuerdo – Respondió.

Hace más o menos un año, Sana la había traído a esta casa junto a Mina, Momo y Chaeyoung, por algo este camino se le hacía familiar.

– Fue un día muy divertido, ordenamos comida y hablamos – Dijo Sana recordando con alegría.

Tomó el hombro de Tzuyu, la taiwanesa se giró y miró a Sana por primera vez en su viaje.

Las cejas de Sana se arquearon haciendo que su expresión feliz desapareciera un poco.

– ¿Te sientes bien? – Preguntó un poco preocupada.

Tzuyu asintió con la cabeza.

– Bueno... –

Sana volvió a su posición original, guardo las llaves en su bolsillo y abrió la puerta del vehículo para salir.

Ya afuera, caminó hasta llegar a la puerta del copiloto, la abrió y le indicó a Tzuyu que podía salir.

Salió del vehículo un poco asustada, Sana tomó su mano y la apretó, cerró la puerta y llevó a Tzuyu a la entrada de la casa.

– Hace mucho que no vienes aquí – Dijo Sana buscando las llaves – Pero descuida, la pasaremos muy bien.

– Eso veo – Dijo Tzuyu mirando todo, la verdad nada había cambiado.

Al parecer lo único que ha cambiado es su manera de ver a Sana.

Ya con la puerta abierta, Sana le abrió paso a Tzuyu para que fuera la primera en entrar.

– Vamos – Dijo Sana dándole un pequeño empujón.

Tzuyu respiró profundo y entró, la verdad la casa estaba completamente igual.

Los recuerdos llegaban a su cabeza a medida que observaba.

Fue tan divertido y tranquilo...

Como quisiera devolver el tiempo y no vivir lo que ahora vivía.

– Una chica viene todos los días y limpia, al parecer hace bien su trabajo – Dijo Sana con una sonrisa mientras encendía las luces

–¿No vienes seguido? – Preguntó Tzuyu.

– No, la verdad no me importa esta casa – Respondió sentándose en el sofa de la sala – Es de mi papá.

PERFECTA OBSESIÓN- Satzu [FINALIZADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora