09. Pastillas y pruebas positivas

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—¿cómo sabes? ¿Cómo es que si quiera lo dices? Susan es estéril. Geller.

La voz temblorosa de Alice respondió más rápido que mi propio gemido de asombro. El rostro pálido de Geller siguió atónito, era como ver la imagen de un fantasma, uno muy mudo.

Era un recuerdo bastante borroso el día que Susan se dió cuenta de su esterilidad, poco después de la boda. Fue como velar a alguien que ni siquiera había muerto, Geller no fue al hospital por 2 semanas seguidas, casi le despiden por irresponsabilidad.
Su rostro era exactamente el mismo que ahora mismo, algo bastante irónico, debido a que son dos noticias totalmente diferentes, pero con la misma reacción.
Podría entender todo el miedo de tener que adaptarse a algo que pensabas perdido, su rostro eran como pensamientos vivientes, sus ojos grandes y oscuros se paseaban por la habitación y ni Alice ni yo teníamos pensamos en abrir más la boca, Geller parecía a punto de explotar.

—todos estos días vomitando, comportándose raro, y ahora encuentro una prueba positiva en su cajón y no sé...—interrumpió su voz para tomarse su cabello café cenizo y apretar sus manos sobre su cara. Desesperado tal vez, o asustado.

Alice fue la primera en dar un paso adelante para abrazarle.

—¿es algo... malo?—interrumpí sus respiraciones pesadas, con una pregunta que parecía salida del mismísimo infierno por la mirada asesina que Alice me dió cuando terminé de hablar.

¿Tenía culpa de dudar? Cuando Susan se declaró estéril todos pasamos una mala noche, Geller duró meses para recuperarse, para seguir con su matrimonio, para superarlo. El hecho de que ahora un embarazo que rompe ese horrible hechizo es algo "malo" me sonaba muy agridulce.

—No.—Geller suspiró, cerrando levemente sus pesados ojos.— No lo sé, ¿por que no me lo ha dicho aún? ¿Y si pasa algo malo? Y si lo pierde, que...

—no pienses en algo tan horrible, Geller. Realmente si lo miras así... es un milagro, uno muy bueno para ustedes dos, es decir...—me detuve para reincorporarme, tenía la mirada de los dos encima.—ya están casados, están económicamente estables, están unidos, están bien. Hipotéticamente lo necesario para tener un hijo, ¿no es eso lo que deseabas?
—es cierto.—terminó murmurando Alice, sin levantar la vista.—y si ella no te lo ha dicho debe de ser porque está buscando la manera de hacerlo, no es algo tan fácil de decir, mucho menos sabiendo la situación anterior.
Y entonces caí en la cuenta, de que gracias al cielo Geller se enteró desde antes y fuimos las primeras en saberlo, porque no me podría imaginar el mal rato que pudieron haber pasado si al decirle Susan la noticia Geller hubiera puesto la cara de susto que tiene ahora.

Quiera o no una pequeña luz crecía ahora en el vientre de Susan, uno de nosotros, un nuevo integrante, como algo tan pequeño y tímido que se asoma pidiendo permiso para existir, algo sumamente tierno y pegajoso, algo inevitable, algo que llegó a salvar, a reincorporar, a reír...
Una leve y suave mueca de felicidad se asomó en mi rostro.
—felicidades, cariño.
Capté su atención al soltar aquello, y por sorpresa; unas espesas lágrimas cayeron de su rostro. Unas que parecían haber esperado mucho tiempo para aparecer.

—voy a ser papá... voy.—tapó su boca con el puño de su mano, y tomó aire para soltar las próximas lágrimas que saldrían disparadas hacia su mentón.—¡voy a ser papá! ¡Voy a ser papá!

•••

Jenna

—¿me invitaste a la cita más costosa de mi vida y te niegas a aceptar un café en mi departamento?

Mis palabras parecieron haberse esfumado con el viento cuando Bill apareció y su pelota de gente atrás de él. Michael me miraba con su grueso labio fruncido, y con sus mejillas pálidas llenas de color rosa. Sus pesadas y definidas cejas se fruncieron tanto que parecían que iban a unirse. Disfrutaba un poco verle fruncir su rostro cuando le decía algo que le retaba, y en cierto punto disfrutaba retarlo.
Supongo que cuando eres jefe de todo y tienes al mundo comiendo de tu mano no hay mucha gente que te rete.

Sanando Heridas/Michael Jackson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora