12. Reuniones y hermanos pequeños

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—si no lo hubiera visto con mis propios ojos, jamás te hubiera creído.—murmuré junto a Gregory. Él derrochó orgullo puro en una sonrisa y dejó de lado las pinzas mosquito y el hilo negro y delgado.
El cadaver con el que practicábamos estaba ahora perfecto, mejor que como estuvo en vida y si alguien hubiera tenido la delicadeza de cerrarle como Gregory lo acaba de hacer el corazón, el hombre estaría todavía en este mundo.
—jamás le digas a alguien que te enseñé esta técnica hasta que yo haya muerto.

"te voy a enseñar algunas cosas, muy importantes cuando trates con pacientes. Tómalo como un regalo después de trabajar tan duro estos días, lo he hecho con alguno de mis estudiantes hace unos años y me daba vida, enseñar siempre fue mi vocación principal. Ahora quiero hacerlo contigo, veo una luz en ti que en otros médicos nuevos no he visto. Empecemos desde ahí, luego veremos si puedo conseguirte un espacio dentro de la junta directiva del hospital. Solo... déjalo entre nosotros. Solo eso te pediré", me había dicho en aquella cena rápida y aburrida que me había prometido y que yo había aceptado al final. Yo por supuesto le había ladrado de vez en cuando mi estadía con Gregory a los chicos, por suerte a ninguno le hizo el suficiente ruido como para hacerme preguntas al respecto.

Después de la fiesta de Susan y Geller todo ha sido monótono y gris, la única que se ha mantenido con alegría ha sido Hayley y su entusiasmo eterno por el concierto.
—¿y quien te dice que no moriré yo primero? ¿Eso me obliga a no usarla nunca? ¿No es egoísta?
—úsala. Solo nunca digas que fui yo quien te la enseñó. Hay casos extremos que necesitan de cosas como estas.—casi escuché entre labios la frase que Webber siempre utiliza... todo por los pacientes. Me abstuve para no rodear los ojos.

—¿por qué tanto misterio?
Él se detuvo de guardar los utensilios de disección y me miró por un largo tiempo antes de responder con una mueca tensa y de desagrado.
—me lo enseñó una chica, una historia muy larga. A resumidas cuentas es la hija de una investigadora muy famosa. La mujer era hermosa y una médica increíble, es ganadora de varios premios actualmente, y yo... yo era muy joven cuando salí con ella y no sabía lo que quería. Terminé siéndole infiel con su hermana y juró que si yo usaba sus técnicas me demandaría y lograría quitarme cualquier título que tuviera, yo a penas era un estudiante en esa época. No le creí hasta que años más tarde me quitaron mi auto, y mi departamento cuando hice justo lo que ella me amenazó con no hacer.
Alcé mis cejas, ni siquiera por la historia, sino porque se haya atrevido a decírmela tan fácilmente.
—¿y que le pasó a su hermana?
—Nunca supo que fue con su hermana, fui lo bastante inteligente como para que al menos eso me saliera bien.—sonrió levemente, y yo fruncí el ceño, no sé muy bien donde estaba posicionada su confianza hacia mi, pero entendí que lo suficiente como para que yo no abriera la boca sobre lo que hablábamos aquí en la morgue.
Que injusto.

—gracias. Supongo.

Todo este tiempo había estado practicando con Gregory en el estudio de la morgue unos pisos abajo de la primera planta del hospital, habíamos estado aquí entre cirugías, en hora de almuerzo, y en algunos que otros momentos. Había sido casi un vicio para mí llegar, hablar de algún pensamiento o idea y salir de ahí siendo su pediatra y él mi jefe. Sin ningún compromiso. Sin ninguna pregunta. Sin nervios, o ataduras.... sin fans detrás de él. Nada. Solo tiempo devastado entre trucos médicos, avances tecnológicos, consejos profesionales y prácticos. Después de ahí solo trabajo y charlas. Yo terminaba tan cansada que cada día dormía más, y era más pesado para mi despertar, cada día sonaba la alarma y mis ojos no lograban abrirse hasta que Hayley o Alice tocaban desesperadamente mi puerta y me obligaban a callar el espantoso ruido de mi despertador.

—¿y tú?—el silencio entre nosotros duró tanto que cuando volvió a hablar yo salté.
—¿qué?—le sostuve la mirada, él encogió sus hombros con aburrimiento y me invitó a sentarme encima de la otra mesa frente al cadaver.
—¿cual ha sido una de tus experiencias que más ha volado tu cabeza con los chicos?

Sanando Heridas/Michael Jackson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora