16. Despedidas.

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Hayley terminó de despedirse cuando Gunther ya había tomado su mano para irse, una manía que habían adoptado hace poco, y que por mucho que me gustaría cuestionarlos, Alice me había amenazado con no presionarlos nunca conforme a su relación. Y lo entendí, por que ellos nunca lo hicieron conmigo.

Tim y Alice ya se dirigían a la salida cuando Michael nos acompañó, ninguno de ellos miró hacia atrás cuando me detuve a despedirme y se los agradecí en silencio.
Bill nos miraba discretamente desde la oficina en el pasillo, lo había saludado cuando él y Frank pasaron fugazmente por el comedor hace unos momentos, al parecer Michael tenía que reunirse con los promotores de la gira y por más que quisiéramos quedarnos; Michael no podía distraerse más y nosotros no podíamos faltar al hospital otra vez, Webber enloquecería.

Los ojos de Michael estaban puestos en mis amigos que se alejaban riendo y murmurando mientras caminaban escoltados por un chico del hotel, Terry se encontraba a unos pasos de nosotros, junto a Bill. Al parecer era nuevo, no tenía mucho que hacer mientras Michael era escoltado con el equipo más entrenado de Bill, por eso enviarlo con nosotros no fue ningún problema para él y aunque ofreció a otro de sus hombres, con uno era suficiente. Y lo agradecí, porque si hubieran más hombres escoltandonos a todos lados de seguro me hubiera vuelto loca.

Michael tocaba su nariz distraído, serio, mientras sus ojos fueron disociados de la realidad antes de darse cuenta de que lo estaba mirando, y sus ojos voltearon de inmediato hacia mi, regalándome esa habitual sonrisa con la que ya me había acostumbrado a mirarle. Esa que pinchaba un poco más mi corazón y me motivaba.

—pensé que vería a Karen.—le dije, no me había dado cuenta de que los dos estábamos justo debajo del marco de la puerta de salida.

Aunque el pasillo era un corredor iluminado y solitario; mis nervios estaban de punta. Solo hacía falta una foto de algún paparazzi escondido...

—está enfadada. Me costó mucho convencerla que dejara el hotel y viniera anoche, no quería mencionarle por teléfono que estabas desmayada en mi cama.
—¿hace cuanto se conocen?
Silbó. Sus rizos descansaban sobre sus hombros inmóviles, sedosos, suaves. Se recostó ligeramente en el marco de la puerta y miró el suelo, calculando.
—hace mucho tiempo ya.—frunció el ceño ante el recuerdo.
—le tienes mucha confianza.—no era una pregunta, y aun así Michael asintió mordiendo su labio. Otra vez sus ojos se disociaron.—¿por qué se enfadó?
—cancelé un ensayo sin avisarle antes. Podría decir que es un tanto muy ordenada en su trabajo, y que yo mueva tantas cosas del calendario sin avisarle le agita mucho la paciencia.
—cancelaste un ensayo...—otra afirmación, Michael miró mis ojos un largo momento.

La culpa empezó de nuevo a invadir cada espacio y rincón de mi cuerpo. Si yo no fuera tan imprudente, si tal vez lo hubiera pensado mejor, si tal vez hubiera alquilado una película como Hayley sugirió y me hubiera quedado en el hotel, o me hubiera quedado con los chicos en el casino, si tan solo...

—no es tu culpa.—respondió cuando notó mi preocupación muy evidente.—no lo hice solo esta vez. Hubieron otras veces que cancelé ensayos y eventos importantes en Europa y Asia
—no tenías que hacerlo anoche.
—claro que sí, jamás te dejaría así. Estuve a punto de llamar a mi doctor y sobrevolarlo desde Santa Bárbara solo para que te atendiera.
Había cruzado sus brazos, su rostro juguetón había cambiado a uno tenso, sus manos se movían explicándome. Yo me encogí ahí mismo.
Se había preocupado demasiado, tal vez ni siquiera había descansado, y con el horario encima y el tamaño show que vi anoche, el descanso de seguro era más vital que cualquier cosa.
Todo por mi. Por mi culpa. Todo por mi estupidez.

—lo siento.—De nuevo, y de nuevo... jamás me alcanzarían las palabras para disculparme.

De seguro todos aquí piensan que soy una niña tonta. Bill seguía estudiándonos con atención, mientras Terry le decía algo que probablemente él no estaba escuchando. Bill era, para Michael, como un padre... ¿estaba pensando que yo era alguien mala para él? ¿Pensaría lo peor de mi?
Es decir... ¿quién no lo haría? Solo hacía falta ver una de sus gélidas miradas fruncidas para darse cuenta que no le agrado mucho. Después de todo me había desmayado por ingerir alcohol tan solo una noche anterior... ¿había sido él quien le propuso a Michael enviar a Terry para cuidarnos también por el bienestar de Michael? ¿Era Terry un espía...?

Sanando Heridas/Michael Jackson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora