28. Ella

76 8 1
                                    

Narra Jackie

Parecía que la pena no se resbalaba de mi cuerpo ni siquiera dándome mil baños al día. La pintura había sido una jeringa de paz, una morfina tan temporal como el alivio antes de morir. Y acostarme con seis mujeres diferentes en una semana no lo mejoraba. Bueno, tal vez un poco.
—estás terrible.
—es un buen cumplido, gracias.
Alice había entrado al apartamento a buscar algo de leche para su cereal, al parecer no quería bajar hasta el supermercado.
—¿te cuento algo?
Enarqué las cejas. Tratando de poner atención a lo que me está diciendo. Alice suspiró hondo, pasó un mechón de su cabello negro detrás de su oreja. Parecía preocupada. No, parecía más preocupada. Y si la veía con atención, ella estaba peor que yo.
—Tim me fue infiel.
—maldita sea.
La furia empezó a crecer en lo más profundo de mi cuerpo, me calentó los órganos y se volvió algo palpable, algo que podía golpear... así como golpee a Liam.
Alice tuvo que ver mi cara echa un monstruo porque la suya se puso pálida. Sus manos empezaron a temblar... el maldito se veía enamorado, ¿qué?
—no quiero que hagas absolutamente nada al respecto, Jackie. He cortado toda comunicación con él, incluso le... deje plantada mi mano en su rostro.—aspiró, parecía que intentaba no llorar, su labio inferior también temblaba, sumida en sus pensamientos parecía retratar el momento una y otra vez.—solo no quiero decírselo a los demás porque no... no lo puedo creer todavía, porque no quiero sentirme tan derrotada.

Dejé mi actitud a la defensiva, y me obligué a tomarla entre mis brazos y recostar su cabeza en mi pecho.

—tengo miedo.—susurró contra mi camisa.
La amargura llenó mi boca al escuchar su voz.
—no tienes que tener miedo, todos estamos conti...
—temo por que Tim se vengue de mi diciendo todo lo que sabe sobre Michael, sobre nuestra amistad con él, ¿que pasa si lo hace? Los periódicos están hambrientos por una noticia así. Después de tanto pensar... terminé en esa conclusión y me aterró la idea.

Mierda. Mierda. Mierda.
Tenía razón. Ni siquiera se me había ocurrido algo así.

Besé su cabello, tratando de darle una calma que ni siquiera yo tenía. Traté de respirar hondo, no dejar que la rabia inundara mis sentidos y pensar con la cabeza y no con los músculos. Lo cual fue extremadamente difícil.
—No pasará. Tenemos a una abogada muy poderosa de nuestro lado, Tim no sería tan estúpido como para ganarse una demanda. Todos sabríamos que fue él.
—¿abogada? ¿Crees que Gwen haga algo para defendernos? Aborrece la relación de su hermana con Michael.
—pero no aborrece a su hermana, y sabes muy bien que Gwen haría lo que sea para que Jenna esté bien. Si algo así llegara a pasar la expondría. Gwen no dejaría que eso pasara.

El corazón se me atoró, tragué saliva con dureza. Hablar de ella todavía me parecía tan difícil como tragarme un tornillo.
Alice se separó de mí, captando la tensión de mi agarre y me miró con sus ojos entrecerrados.

—pones mucha fe en alguien a quien no soportas, a alguien que te humilló.

Tenía razón, otra vez.
¿Qué mierda tenían las mujeres con eso de saberlo todo? Me molestaba tanto que ni siquiera podía respirar con tranquilidad.

—es porque la conozco.
—siento que hay algo que no me has contado, Jackie. Escúpelo ya.

Luché contra mi propio ser al recordar todo lo que ella y yo vivimos. Todo lo que mantengo oculto debajo de la piel. Las risas que únicamente yo descubrí, la pintura que dibujé en su espalda mientras la hacía mía. Las veces que la escuché amarme... ella. Y después todo desmoronándose, después ella tirándolo todo al caño por el maldito miedo a sentir, a perder.
Mi corazón volvió a subir a mi garganta, y esta vez no pude volver a tragar ese nudo.

—no solo fue sexo.—murmuré, y Alice no me hizo más preguntas, porque lo entendió todo. Entendió mi lenguaje corporal, la manera en la que luché conmigo mismo para poder pronunciar esas palabras. Y el calor que recorría mi cuerpo con ganas de destrozar cualquier cosa que estuviera junto a mi.
Su preocupación no se eliminó, pero al menos parecía que no hablaría más al respecto.

Sanando Heridas/Michael Jackson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora