Scarlett
HACE 5 MESES
Estaba harta de estar encerrada entre las paredes del orfanato. Necesitaba salir de ahí, conocer y explorar nuevos lugares. Respirar el aire de la ciudad y ver a alguien más que no fueran las cuidadoras y el resto de los niños que permanecían ahí esperando para ser adoptados por alguna familia de humanos.
Abrí las puertas lentamente, tratando de que las bisagras no rechinaran. Dejé el espacio suficiente para que mi cuerpo pasara a través de ella y nadie del interior se diera cuenta de que la había abierto.
Nancy me había recordado incontables veces que era mejor permanecer escondidas y llevar un perfil bajo para que nadie sospechara que había algo inusual en nosotras. Éramos pocos de nuestra especie repartidos por todo el mundo, y cada vez íbamos quedábamos menos. Había humanos que conocían de nuestra existencia y estaban empeñados en hacernos desaparecer de la faz de la tierra como si no fuéramos más que una plaga que había que erradicar.
Puse un pie en el exterior del edificio y cerré la puerta por detrás de mí. Por fin. Me di la vuelta, observando la calle empedrada frente a mí con grandes casas de piedra caliza. Había gente transitando por ella. A lo lejos, podía contemplar como el sol estaba bajando, poniéndose por detrás de algunas de las viviendas.
No había encontrado otro momento más idóneo para escaparme de allí que después de la cena cuando las cuidadoras iban a ayudar a los más pequeños a ducharse y adecentarse para irse a la cama. No había visto a Nancy cuando salí de mi habitación y me encaminé por el pasillo hacia la planta baja. De seguro estaría ocupándose de alguna de las niñas, como hacía siempre.
Descendí los cinco escalones de la entrada y una inmensa felicidad me invadió. Era libre. Me sentía libre. Había pasado veinte años de mi vida saliendo del orfanato solo para ir a la escuela y luego de vuelta al mismo lugar. Las tres cuidadoras que se ocupaban de nosotros no daban abasto para sacarnos a todos a dar una vuelta por un parque.
El orfanato Littlewood en si contaba con un patio de juegos donde podíamos correr y jugar con el resto de los niños, pero yo nunca me había relacionado con ninguno de ellos. Siempre supe que era diferente. Podía escuchar los latidos del corazón de cada uno. Cómo su sangre circulaba a través de sus venas. En más de una ocasión había estado tentada a hincar mis colmillos en su piel y probar su sabor. Las bolsas de sangre que Nancy me conseguía no estaban mal, era sangre humana, pero de seguro no se comparaba con la sensación de atrapar a tu presa y ver con satisfacción como se retorcían bajo de ti, tratando de escapar, mientras saboreabas su sangre.
Apreté los labios con fuerza sintiendo como los colmillos afloraban en mi boca. Por suerte había salido del orfanato con las gafas de sol puestas para ocultar el color plateado natural de mis ojos, anormal para cualquier humano, y gracias a las cuales, ahora, tampoco nadie podría ver el color rojo de mis iris. Estaba sedienta de sangre.
Una señora pasó por delante de mí. Me observó de manera extraña, de seguro preguntándose que hacía con las gafas si ya casi era de noche. Quise abrir la boca para decirle que dejara de observarme y siguiera con sus asuntos, pero todavía notaba los afilados caninos presionando con fuerza el interior de mi labio inferior. Podía notar la sangre bombeando con fuerza por todo su sistema. Apreté ambos labios con fuerza, frunciéndolos.
Me habría encantado dar rienda suelta a mis deseos y dejar que mi sed de sangre se consumiera. Pero sabía que a Nancy no le habría hecho ninguna gracia que mordiera a una humana. Menos aún frente al que era nuestro hogar.
La señora pasó de largo y yo me encaminé en la dirección contraria. Si permanecía en la entrada del orfanato por más tiempo era probable que alguna de las cuidadoras me pillara. Estas siempre pasaban por nuestras habitaciones para darnos las buenas noches y, para cuando lo hicieran, quería haber recorrido ya las calles de Bannockburn. De seguro, cuando se dieran cuenta de que no estaba allí, Nancy saldría como loca a buscarme y traerme de vuelta.
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𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃𝐁𝐎𝐔𝐍𝐃: 𝑺𝒉𝒂𝒅𝒐𝒘𝒔 𝒐𝒇 𝒕𝒉𝒆 𝒏𝒊𝒈𝒉𝒕 | ENHYPEN
ФанфикSiete dioses les encomendaron la misión de proteger a la vampira original, confiriéndoles poderes extras para llevarla a cabo. Se habían convertido en sus caballeros y llevarían a cabo su cometido. ⚜️⚜️⚜...