Scarlett
Deslicé la yema de mis dedos por la suave tela con la que habían confeccionado mi vestido a medida. La seda que los gusanos producían era la más utilizada en el reino, sobre todo por mí. Cada una de mis prendas estaba ajustada a mis medidas, todas de color oscuro como a mi me gustaba. Algunas veces les decía a mis confeccionadoras que en esa ocasión prefería optar por un color dorado, en muestra del estatus que ocupaba. Además de ello, cuando decidía ponérmelos, sentía que mis ojos y todo a mi alrededor conjuntaba conmigo.
Me observé en el espejo frente a mí, admirando el brillante trabajo que habían realizado con esta prenda. Había introducido ambos brazos por las aberturas de las inexistentes mangas, cruzando la sección de tela de mi izquierda por delante de mí hasta casi situarla a mi espalda. Una vez situé la seda a mi gusto para que mi pecho quedara bien cubierto, esperé a que mi sirviente me ajustara el cinturón de cuatro hebillas doradas a mi alrededor, dejando la superficie pegada a mi cuerpo e impidiendo cualquier movimiento de esta.
Desde la cintura hasta los pies el vestido quedaba volado, sin llegar a adherirse a mi piel. A ambos lados de mis piernas, casi llegando a las caderas, se abrían dos resquicios por donde podía observar a la perfección mis piernas y los tacones dorados que había decidido utilizar. El mismo sirviente me ayudó a colocarme los últimos accesorios: un enorme brazalete que empezaba un poco más debajo de mi codo y terminaba alrededor de mi dedo índice, haciendo a la vez su función de anillo; unos grandes pendientes redondos y dorados y una diadema. A pesar del color oscuro de mi vestimenta, esta había sido también decorada con pequeños detalles del color del oro que hacía brillar cada sección de este.
Desde luego, perfecta. Como siempre.
No podía aparecer ante mis súbditos como una cualquiera. Todos debían saber quién era su soberana, quién tenía sus vidas en la palma de su mano. Tenían que inclinarse ante su reina.
—Mi señora —una sirviente apareció por la puerta de mis aposentos portando consigo una bandeja dorada sobre la cual había una copa del mismo tono—. Le traigo su aperitivo —explicó, caminando hasta donde me encontraba.
Seguí observando mi reflejo en el deslumbrante cristal frente a mí. Vi como la chica aparecía junto a mí. Sin siquiera darme la vuelta para mirarla, extendí la mano y ella depositó en ella la copa. Acerqué el recipiente a mi cara y observé el pesado líquido rojo que se hallaba en su interior. Lo sacudí varias veces, provocando que se formara un diminuto remolino.
Conduje el cáliz a mi boca, dándole un pequeño sorbo al fluido escarlata. Exquisito. Degusté todo el plasma en cuestión de segundos antes de devolverle mi copa de nuevo a la sirvienta y observarme de nuevo en el espejo. Mis ojos dorados habían cambiado de tonalidad al color de la sangre que acababa de beber. Sonreí satisfecha, observando como mis afilados colmillos sobresalían por encima del labio inferior.
No había nada como un vaso del néctar más delicioso que provenía de los humanos para empezar un nuevo día de reinado. Por satisfacciones como estas adoraba ser vampiro.
La primera vampira. La reina de todos ellos.
—Ya te puedes retirar —le ordené a la sirviente.
Vi como hacía una reverencia y se daba la vuelta para salir por la puerta. Esperé varios minutos después de que se fuera para darme la vuelta y salir de mi alcoba. Avancé por los pasillos del palacio real de Alejandría que habían sido decorados a mi gusto con grandes estatuas y esfinges doradas además de cortinas translucidas blancas. Cualquiera podría decir que mi color favorito era el oro, el mismo que brillaba en mis ojos.
Llegué hasta lo alto de la escalinata, deteniéndome en seco al sentir que algo no iba bien en mi interior. Sentí como todo mi cuerpo empezaba a arder presa de un dolor que iba aumentando. Traté de bajar los peldaños lo más rápido posible en busca de algún sirviente. Necesitaba que trajeran al curandero ante mí. ¿Qué narices era este fuego que notaba en cada célula?
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𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃𝐁𝐎𝐔𝐍𝐃: 𝑺𝒉𝒂𝒅𝒐𝒘𝒔 𝒐𝒇 𝒕𝒉𝒆 𝒏𝒊𝒈𝒉𝒕 | ENHYPEN
FanfictieSiete dioses les encomendaron la misión de proteger a la vampira original, confiriéndoles poderes extras para llevarla a cabo. Se habían convertido en sus caballeros y llevarían a cabo su cometido. ⚜️⚜️⚜...