Capítulo 9

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Scarlett

Abrí la puerta de mi habitación, encontrándome de nuevo a Amelia frente a ella. Hacia un par de horas que había terminado mi último examen y me había acompañado hasta la primera planta del torreón norte antes de que, de la nada, recordara que tenía algo que hacer. Me despedí de ella y subí hasta mi cuarto, decidiendo que no me vendría mal tomar una ducha y dormir un poco más (ya que esta mañana había tenido que levantarme más pronto de lo previsto).

Parecía que mi guía turística tenía un sexto sentido para saber cuando aparecer, pues hacia escasos minutos que me había levantado de mi larga siesta. Pude ver por la ventana que ya había oscurecido por completo, lo cual significaba que sus asuntos la habían tenido entretenida durante toda la tarde hasta que había entrado la noche.

Viendo que entre sus manos portaba un par de papeles, le permití el paso al interior de mi habitación.

—Te he traído varias cosas —se acercó a mi escritorio y yo la seguí después de cerrar la puerta—. Este es el mapa señalizado del interior del castillo, he pensado que lo necesitarías para encontrar las aulas donde se te impartirán las diferentes asignaturas a lo largo del curso—observé el pequeño plano en colores blancos y negros en el cual conté dos decenas de aulas, de diferentes tamaños, con su nombre escrito en ellas. Sacó el segundo papel y me lo mostró—. Aquí está el horario de las clases y las materias que se te impartirán de manera obligatoria. Y estas de aquí son las extracurriculares de las cuales tendrás que elegir dos. Mañana puedes informarle a alguno de los profesores sobre tu elección y te añadirán de manera automática en las listas de estudiantes.

Amelia me indicó que asignaturas tomaría mañana y me señaló en el mapa donde se impartiría cada una. Después de escuchar su explicación, pensaba llevar ese mapa guardado en el bolsillo de la falda del uniforme porque estaba segura de que, cuando me levantara al día siguiente, ni siquiera recordaría nada de lo que me había dicho. Por suerte para mí, y fue lo único que se me quedó grabado en la mente, los domingos los teníamos libres para hacer lo que quisiéramos y despejarnos de los estudios, aunque su recomendación fue que aprovechara esos días para conocer a las personas de aquí.

—El material escolar que necesites te será proporcionado en cada clase. También te he señalado en el mapa el lugar donde se encuentra la lavandería. Debes llevar el uniforme puesto todos los días hasta que te acuestes y los domingos suelen ser los días en que todos los estudiantes llevan su ropa para que la laven. Suelen ser bastante rápidos, por lo que en un par de horas puedes pasar a recogerlos.

Anoté ese dato. Ya me había preguntado en estos dos días donde iba a poder lavar mi ropa y la única opción que vino a mi mente fue la fuente del patio interior. Pero tampoco quería quedar como el bicho raro que lavaba sus piezas íntimas a la vista de todos.

Amelia volvió a ordenar todos los papeles sobre mi escritorio con demasiada meticulosidad. A veces me sorprendía como la gente podía ser tan ordenada para ciertas cosas. Todavía recordaba que en mi antiguo colegio había gente que decía que ordenaban sus habitaciones y en cuanto pestañeaban todo estaba desordenado de nuevo. Desde luego que había gente para todo.

—¿Bajamos a por nuestra cena?

Sentí mi boca salivar ante la súbita pregunta de Amelia. Ya se me había olvidado de que las noches eran las mejores horas del día. Una bolsa de sangre de tipo AB. Mis colmillos vibraron ante la expectativa de saborear el metálico líquido.

—Antes tengo que ir al baño —le indiqué, esperando que ella, que todavía no me conocía, no notara la mentira tras mis palabras.

—Te esperaré fuera para darte intimidad —ofreció, caminando hasta la puerta.

𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃𝐁𝐎𝐔𝐍𝐃: 𝑺𝒉𝒂𝒅𝒐𝒘𝒔 𝒐𝒇 𝒕𝒉𝒆 𝒏𝒊𝒈𝒉𝒕  | ENHYPENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora