Scarlett
Me perdí en esos oscuros pozos en los que no podía distinguir la pupila del iris incluso con la intensa luz de la gran lampara de araña que pendía sobre nuestras cabezas. Mi mente imaginó diferentes posibles escenarios que podrían ocurrir si tan solo me dejara caer hacía delante, eliminando la poca distancia que todavía nos separaba.
Mis labios cosquillearon debido a la continua respiración de Jungwon sobre ellos. Utilicé mi lengua para humedecerlos bajo la atenta e intensa mirada del chico que todavía seguía sujetándome.
No nos movimos de nuestra posición por lo que me parecieron minutos. Ni siquiera le había amenazado para que sacara las manos de debajo de mi camisa. Definitivamente, su contacto había anulado mi buen raciocinio. No conseguía pensar en nada con la suficiente claridad como para poder retenerlo por más de un par de segundos en mi mente.
En lo único que podía centrarme era en sus labios.
Y en los colmillos que sobresalían de estos y que deseaba que sentir en mi cuello.
Sentí un leve cosquilleo en la espalda que fue recorriéndome el costado hasta subir por entre mis pechos y llegar hasta el lado izquierdo de mi cuello.
Bamba.
Conseguí salir del extraño trance en el que nos habíamos sumido ambos gracias a ella. Parpadeé varias veces, como si estuviera saliendo de un sueño. Volví a la realidad, trayendo conmigo de vuelta también a Jungwon.
Tomé ventaja de que mis manos se encontraban sobre sus hombros, para usarlo de apoyo y conseguir bajar los dos escalones sobre los que mis pies se habían quedado enredados con algo de ayuda por parte suya.
Una vez estuve sobre la plana superficie, a la misma altura que Jungwon, nuestras miradas volvieron a encontrarse. ¿Cómo era posible que unos ojos atraparan de la manera en que lo hacían los suyos? Era como sentirme perdida en medio de la oscuridad, pero, contra todo pronóstico, lo único que encontraba era paz.
Reparé en que mis manos todavía seguían sobre sus hombros. Deslicé la derecha hacia abajo, acariciando la tela de su camisa de manga corta hasta que las yemas de mis dedos sintieron su piel. Con demasiado esfuerzo, aparté la mirada de sus ojos y la enfoqué en el recorrido de mis dedos estaban trazando a lo largo de su brazo.
Una extraña corriente me recorrió de los pies a la cabeza. Vi como Jungwon se encogía de manera casi imperceptible, como si él también la hubiera sentido.
Cuando Sunoo nos dividió en grupos para empezar a limpiar, pude ver cómo Jungwon se quitaba la chaqueta y la dejaba colgando sobre uno de los respaldos de las sillas, quedando tan solo con la camisa blanca del uniforme. Luego, mientras había ido pasándole los libros de la balda superior de la estantería, pude observar por el rabillo del ojo como se arremangaba, dejando la mitad de sus brazos destapados.
Mis dedos sintieron la tersa y suave superficie de su piel donde sabía que, apenas unas horas antes, esta había ardido como el mismísimo infierno y había desaparecido reemplazándola por grandes y feas ampollas. No había rastro de ninguna de ellas y su tez parecía como si no hubiera sufrido ningún accidente, sin una sola marca (al contrario de las que habían quedado grabadas para siempre en mi cuello).
A veces me sorprendía de lo que éramos capaces de hacer.
Cuando mis dedos llegaron a las puntas de los suyos y me quedé sin superficie que seguir recorriendo con ellos, alejé mis manos de su cuerpo, eliminé cualquier contacto. Jungwon imitó mi acción y sacó las manos de debajo de mi camisa, alzando las palmas al aire en señal de paz, como si creyera que iba a fulminarlo con uno de mis rayos por haber tocado mis caderas sin mi permiso.
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𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃𝐁𝐎𝐔𝐍𝐃: 𝑺𝒉𝒂𝒅𝒐𝒘𝒔 𝒐𝒇 𝒕𝒉𝒆 𝒏𝒊𝒈𝒉𝒕 | ENHYPEN
أدب الهواةSiete dioses les encomendaron la misión de proteger a la vampira original, confiriéndoles poderes extras para llevarla a cabo. Se habían convertido en sus caballeros y llevarían a cabo su cometido. ⚜️⚜️⚜...