𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃𝐁𝐎𝐔𝐍𝐃: 𝑺𝒉𝒂𝒅𝒐𝒘𝒔 𝒐𝒇 𝒕𝒉𝒆 𝒏𝒊𝒈𝒉𝒕  | ENHYPEN

Capítulo 22

La ducha fría que me había dado en los vestuarios después de terminar la clase de armas fue lo mejor del día. Sentía mi cuerpo pegajoso después de haber corrido por el circuito y haber estado practicando con los palos de kung fu con Niki. Una hora después, Amelia había hecho sonar el silbato para hacernos saber que debíamos cambiar de sección así que había agarrado la primera arma de fuego que llamó mi atención en aquella inmensa pared y pasé al campo de tiro junto con Heeseung y Jungwon. Ambos chicos eran diestros en sus disparos mientras que yo solo había conseguido acertar en la diana un par de veces. En varias ocasiones, mayormente cuando me tocaba disparar a mí, los había escuchado reírse. Una suerte que, en cuanto cargué el rifle y les apunté, amenazándolos con usarlos como mis próximos objetivos, cerraron el pico al instante.

Sonreí satisfecha.

En mi defensa tenía que decir que era la primera vez en mi vida que sostenía un arma de fuego. Pero la práctica hacia al maestro. Ya tendría tiempo de practicar en las siguientes clases. Sino siempre podía cumplir mi amenaza y usar a ambos chicos como muñecos de tiro.

Salí de la cabina de ducha y me vestí de nuevo con el uniforme. Dejé el traje negro colgado de las perchas dentro de la taquilla. Deposité las botas y el resto de los complementos donde los había encontrado y luego cerré la puerta metálica, cerrando el seguro con la llave.

Con el pelo suelto y mojado, salí del vestuario donde me encontré con el grupo de siete chicos que parecían haberse convertido en mi sombra. Me habían dicho que me esperarían para conducirme a nuestra próxima clase: etiqueta. Otra asignatura de la que no tenía ni idea de donde quedaba el aula. Todavía no podía creerme que, de entre todos los días, justo hoy hubiese decidido dejarme el mapa en mi habitación.

Suponía que era toda una suerte que fuera al mismo curso que ellos y estos se hubiesen asignado la tarea de ser mis guías en este inmenso castillo. Siendo sincera, no estaba segura de que habría hecho sin ellos, bueno si: no habría sido capaz de encontrar el aula esta mañana (mandaba narices que la hubiesen encondido tan bien), y ahora no sabía ni a donde ir para nuestra siguiente lección.

Definitivamente mañana debía de acordarme de coger el plano que Amelia me dio.

Seguí a los chicos mientras salíamos del aula subterránea por las escaleras. Una vez en el exterior dimos la vuelta al castillo y volvimos a entrar por el mismo portón por el que habíamos salido. En esta ocasión, no nos detuvimos a admirar la naturaleza que nos rodeaba, a penas teníamos un par de minutos para llegar al aula. Giramos a la derecha en la intersección y caminamos dejando atrás el comedor. Después, en el hall tomamos el pasillo que conducía al patio interior.

La inmensa fuente apareció en la abertura que ocupaba la pared a mi derecha. Todavía me seguía sorprendiendo que aquella pieza de mármol estuviera en un lugar tan escondido. Ni siquiera tenía agua en su interior. ¿Cuál era entonces su función? ¿Solamente decorar un lugar vacío? Menuda estupidez.

Llegamos al final del pasadizo y los chicos torcieron hasta llegar a la escalera de alfombra roja. Empezamos a subir los peldaños poco a poco. Un par de estudiantes pasaron corriendo por nuestra izquierda, saludando en el proceso a los chicos y desapareciendo de nuestra vista.

—De verdad espero que la profesora Douglas hoy no esté de mal humor —rompió el silencio Sunoo.

—¿Cuándo no está de mal humor esa mujer? —le contestó Sunghoon, quien iba caminando junto a mí.

—Algún día tendrá que dejar su cara de asco en la habitación, ¿no? De verdad, no he conocido a una persona más quejica en la vida —vi como Jungwon ponía los ojos en blanco—. Jungwon no hagas eso así. Jungwon pon la espalda recta. Jungwon las manos van más abajo, sobre el omoplato —empezó a hablar con la voz más aguda, de seguro imitando a la profesora de la que hablaban.