Capítulo 15

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En el interior del castillo

Nueva reunión y yo volvía a llegar por los pelos. Sabía que todos ellos ya se encontraban dentro de la sala porque no había visto a ninguno en el comedor cuando fui a recoger mi bolsa de sangre (y justo eso fue lo que me hizo darme cuenta de que me había olvidado de que habíamos quedado).

Subí los tortuosos y pequeños escalones desiguales hasta llegar al final de la escalera poco iluminada. Había olvidado coger mi llave de mi habitación, por lo que no me quedó más remedio que picar con mis nudillos en la oscura superficie de madera y esperar a que me abrieran.

No es que yo fuera una persona despistada o que solía olvidar las cosas con facilidad, pero estas últimas dos reuniones me habían pillado tan por sorpresa que nunca recordaba pasar por mi cuarto para recoger la diminuta llave que me había sido conferida.

A los pocos segundos la puerta se abrió con el leve chirrido de sus bisagras. Vislumbré el rostro conocido de la persona que había frente a mi gracias a la pequeña antorcha metálica que había tras mi cabeza. Habría que solicitar que cambiaran la bombilla, pues parecía estar a punto de fundirse.

Saludé a quien ya consideraba más que un amigo por todos los años que habíamos compartido juntos en esta academia y a la relación íntima que solíamos tener un par de veces a la semana en su habitación.

Pasé junto a él y me adentré en la oscura estancia. Coloqué mi pie uno frente al otro hasta que la puntera de mi zapato derecho chocó con una dura superficie y supe que había llegado al pequeño sofá donde siempre me sentaba. Rodeé el mueble y tomé asiento en mi lugar.

Todos se encontraban ya aquí dentro (cómo siempre). A veces me preguntaba si yo era la única persona que se pasaba el día de un lugar a otro de este castillo, pues ellos siempre eran demasiado puntuales. Bueno, podía entender el motivo porque justo él llegaba siempre puntual, su habilidad para transportarse a través de las sombras era una gran ventaja.

—Quién hubiera predicho que en el primer día de clases de Scarlett recibiría su primer castigo —se pronunció él soltando una larga carcajada que fue seguía por todos en la sala—. Fue un movimiento bastante inteligente por parte de Keir hacerle limpiar toda la biblioteca. Dudo que consiga terminar antes de que empiecen las clases.

—Si hubiese continuado con esa racha, a parte del castigo, habría terminado con varias quemaduras severas en la clase de química —puntualizaron.

Ese dato captó por completo mi atención. Alcé la bolsa de sangre en mi mano y la conduje hasta mi boca, dándole permiso a mis colmillos para aflorar y clavarse en ella. Comencé a succionar la sangre del recipiente con parsimonia, poniendo atención a todo lo que estaban diciendo.

—La sustancia que estaba mezclando explotó del catéter y estuvo a punto de caer sobre ella —la emoción era palpable en su voz—. Pero Jungwon se interpuso en medio, recibiendo las quemaduras en su lugar. Él no debería haber recibido las heridas, sino Scarlett —chasqueó la lengua con fuerza—.

—Míralo por el lado bueno, ese pequeño accidente ha sido el comienzo de todo. Ya se me han ocurrido varias ideas para empezar con nuestro juego —casi pude vislumbrar su blanca y macabra sonrisa en medio de la oscuridad—. Si tenemos suerte tan solo nos hará falta presionar un poco a Scarlett y dañarla para que Cleo decida salir a jugar con nosotros.

Todos estuvieron de acuerdo con sus palabras. Él fue el primero en dar comienzo a la lluvia de planes que podíamos poner en práctica para hacer que Cleo saliera a la superficie. Uno tras otro empezaron a sugerir nuevas maquinaciones que sabía que alguien estaría apuntando para que ninguna para desapercibida.

—Ya que a Scarlett parece gustarle tanto la química, se me ocurre algo que podría ser bastante gracioso —expuso su plan para que todos los escucharan y se decidió que ese sería el primer en llevarse a cabo.

—Incluso nuestros poderes nos pueden ser de gran utilidad durante alguna de las lecciones para putearla sin que se de cuenta. Y el control sobre las sombras será de gran utilidad para que puedas vigilarla sin que ella se percate.

Mi visión vampírica se activó debido a la sangre que seguía bajando por mi garganta. Pude ver con claridad como sus ojos relucían ante la simple mención de hacer uso de sus poderes para algo más que no fuera simplemente moverse de un lugar a otro de este castillo. Ahora tendría ojos en cualquier rincón donde la luz de las bombillas no llegara a alumbrar.

—¿Se sabe algo de la organización Bloodbound? ¿Ya han empezado a actuar?

No habíamos tenido noticia de la organización desde que la contactaron al finalizar la reunión anterior. Les habíamos proporcionado toda la información que Scarlett había traído con ella en su primer día y dijeron que tendríamos noticias suyas en cuanto averiguaran algo.

—Seguimos igual. No tardaran demasiado en actuar —nos informó—. Y creo saber cual será su primer movimiento.

Los documentos que les habíamos enviado por correo tampoco decían demasiado. Estaba registrado la escuela y el instituto a los que Scarlett había asistido durante su infancia, sus datos personales y el lugar donde vivía. No podía comprender cual podría ser el primer movimiento de la organización si apenas tenían información.

Entonces, me di cuenta. Fue como golpearme de pronto contra una roca.

Alejé la bolsa de sangre de mi boca, dejando que un susurro se escapara de mis labios.

—El orfanato LittleWood.

Nancy.

𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃𝐁𝐎𝐔𝐍𝐃: 𝑺𝒉𝒂𝒅𝒐𝒘𝒔 𝒐𝒇 𝒕𝒉𝒆 𝒏𝒊𝒈𝒉𝒕  | ENHYPENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora