Scarlett
Siempre había tenido el sueño ligero, pero, cuando sucumbía al mundo de los sueños daba igual lo que sucediera a mi alrededor que me aferraría a él para poder seguir soñando. Pero esta noche no había conseguido volar hasta ese lugar. Había estado vagando entre la espesa negrura de mi mente hasta que unos sonoros y duros golpes en la madera me despertaron, haciéndome saltar sobre el colchón debido a la impresión.
Abrí los ojos de golpe después de incorporarme. La luz que entraba por la ventana a mi izquierda me cegó por unos instantes. Froté mi cara con las manos, tratando de procesar que estaba ocurriendo. Los golpes siguieron resonando en algún lugar cercano. Observé todo a mi alrededor, cuando conseguí enfocar la vista, percatándome del lugar en el que me encontraba: la academia Shadows of the Night.
Me levanté del mullido colchón, desorientada. Di vueltas sobre mí misma tratando de entender de donde provenía el constante golpeteo hasta que mi mirada cayó sobre la puerta de madera frente a mi cama. Me acerqué arrastrando los pies hasta ella y quité el pestillo con el que cerré anoche. No me fiaba de que nadie pudiera entrar, aunque se necesitara una llave para ello. Abrí la portezuela, sorprendiéndome al ver quien se encontraba allí con la mano alzada lista para tocar de nuevo con los nudillos.
—Oh —se sorprendió al verme—, buenos días. ¿Te he despertado? —me encogí de hombros pues de seguro era bastante obvio que así había sido—. Venía a avisarte de que en media hora empiezan tus exámenes y, de paso, llevarte allí puesto que todavía no te has familiarizado con el lugar.
Me masajeé las sienes. Se me había olvidado por completo que Amelia me dijo ayer que hoy tenía que examinarme para saber en que clase me pondrían, pero no pensé que fuera a ser tan temprano. ¿Qué hora se suponía que era? De seguro demasiado pronto si todavía tenía tanto sueño.
La risita de la chica frente a mí provocó que quisiera largarme ya de aquel lugar y volver con Nancy, donde mi única preocupación era tratar de no drenarle la sangre a ninguno de los niños humanos que vivían en el orfanato.
—Tienes el uniforme dentro del armario —otro detalle del que me había olvidado: aquí todo el mundo iba vestido de la misma forma—. Es el de la falda —me guiñó el ojo y no pude evitar resoplar antes de indicarle que me diera diez minutos.
Cerré la puerta, dejando a Amelia allí. Me dirigí hasta el mueble de varias puertas, abriendo cada una de las portezuelas hasta encontrar, en la segunda de ellas, la ropa que debía usar. Cogí las tres perchas y lo que parecía ser una corbata, y me dirigí con todo hasta la puerta que ayer no me molesté en descubrir a donde daba. Di la luz antes de entrar en esa habitación, viendo que había acertado con mi predicción: se trataba de un baño totalmente equipado para mi uso.
Dejé todo sobre la taza del váter y empecé a desvestirme, depositando mi viejo pijama que consistía en un pantalón de algodón corto y una camisa, bastantes tallas más grande de la que solía utilizar y que me llegaba casi hasta las rodillas. Una vez en ropa interior, contemplé a Bamba enrollada alrededor de mi estomago y mis costillas. Su cabeza estaba reposando en el lugar entre mis senos. Pasé mis dedos sobre su cabeza, consiguiendo una leve sacudida por su parte. Le encantaba que la acariciara y a mi me gustaba sentir cómo recorría cada centímetro de mi cuerpo, regalándome sendas cosquillas.
Me alegraba que ella hubiese aparecido en mi vida justo cuando tuve que dejar atrás a la única persona que podía considerar mi familia. Ahora Bamba era otra imprescindible en mi vida.
No estaba segura de cuanto tiempo pasé con la vista fija en el espejo hasta que volví en mí. Saqué la camisa blanca de la percha y me la puse, abotonando casi todos los botones. Me aseguré de que Bamba quedara cubierta por la tela, antes de dejar el resto de mi piel al descubierto. Nunca en mi vida había entendido cómo a la gente le gustaba llevar camisas, si eran de lo más incomodas (sobre todo si te las abrochabas hasta arriba).
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𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃𝐁𝐎𝐔𝐍𝐃: 𝑺𝒉𝒂𝒅𝒐𝒘𝒔 𝒐𝒇 𝒕𝒉𝒆 𝒏𝒊𝒈𝒉𝒕 | ENHYPEN
FanfictionSiete dioses les encomendaron la misión de proteger a la vampira original, confiriéndoles poderes extras para llevarla a cabo. Se habían convertido en sus caballeros y llevarían a cabo su cometido. ⚜️⚜️⚜...