Scarlett
Abrí la boca, soltando un bostezo. Una lágrima se escapó de mi ojo derecho mientras seguía caminando junto a Niki, a quien me había encontrado al salir de la habitación. Me limpié el rastro de agua de la cara en lo que torcíamos a la izquierda al final del pasillo del comedor.
El uniforme de gimnasia se sentía tan cómodo que me daban ganas de volver a la cama y seguir durmiendo. Por suerte, al despertarme, había revisado el horario de clases. De no haberlo hecho de seguro me habría puesto la incomoda falda, la chaqueta y la corbata y, al bajar al hall, me habría encontrado a los chicos que me informarían de que esa no era la indumentaria que necesitaba y habría llegado tarde a la lección.
Salimos por la puerta trasera que se encontraba abierta y cerré los ojos al instante debido a la cantidad de luz natural. Posicioné la mano sobre mi frente para poder evitar que el sol me diera de lleno.
—Creo que prefiero los días de lluvia y tormenta —le comenté a Niki, recibiendo una risa por su parte mientras nos encaminábamos al grupo de estudiantes reunido a tan solo unos metros de nosotros, junto a lo que parecía ser la entrada del bosque.
En el horario aparecía que teníamos clase de caza (aunque no especificaba exactamente de que). No tenía la menor idea de que esperar de esta clase. ¿Nos iban a poner a correr detrás de un conejo como si fuéramos perros? Porque si era así pensaba buscar el árbol con más sombra bajo el cual echarme la siesta.
Nos reunimos con el resto de los chicos y de estudiantes, mientras esperábamos a que viniera el profesor. Estaba segura de que había salido con el tiempo justo de la habitación y ya debía ser la una. ¿No había castigos para los profesores que llegaban tarde? No veía justo que tan solo nos castigaran a nosotros.
Me crucé de brazos, apoyando el peso sobre mi pie izquierdo.
—¿Vamos a tener que esperar al profesor mucho tiempo más? —estaba a un par de segundos de dejarme caer sobre la hierba.
—Normalmente siempre tarda en llegar un par de minutos, tiene que ir a buscar a nuestra presa —contestó Jay con una sonrisa traviesa al tiempo que alzaba las cejas. ¿Qué quería decir con esa cara?
—Pues le doy cinco minutos más de cortesía. Si no llega entonces pienso largarme de vuelta a mi habitación —les informé, mientras apoyaba mi peso sobre el cuerpo de Niki.
El pequeño del grupo se rio por mi actitud y me acomodó sobre el lado izquierdo de su cuerpo al tiempo que me apoyaba el brazo sobre el hombro. Su mano acarició mi brazo lentamente, provocando que cerrara los ojos ante el reconfortante contacto mientras los chicos seguían hablando entre ellos.
Me deleité ante el suave toque de las yemas de sus dedos, sintiendo como se me ponía la piel de gallina. Nunca nadie, que no fuera Nancy, me había demostrado alguna muestra de cariño: ya fuera un beso en la frente, una simple caricia en el pelo o un abrazo reconfortante.
Jamás había necesitado nada de eso.
No sabía lo que era el amor. El fraternal, el de hermanos, el de amigos, o el romántico. Ni siquiera sabía cómo se clasificaba lo que sentía por Nancy. ¿Un amor obligatorio? ¿Un amor pragmático? ¿O de verdad me quería como si yo fuera una hija? Nunca me había parado a pensarlo detenidamente.
Me dejé llevar por las sensaciones de ese momento. Tal vez, nunca había querido hacer amigos porque no había encontrado a alguien que valiera la pena. Alguien que fuera como yo. Que no tuviera que esconder lo que verdaderamente era. Que supiera como era ser un vampiro. Que compartiera mis mismos gustos y aficiones.
Alguien que me quisiera por cómo era realmente.
Y, aunque no pensaba admitírselo en voz alta, había empezado a cogerles cariño al característico grupo de siete chicos con el que había terminado rodeándome. Bueno, tal vez a Niki si que le confesaría que empezaba a considerarlo como un hermano. Si bien no tenía ninguno, si que había visto como actuaban algunos de ellos en el orfanato y en la escuela y, aunque la mayoría de las veces terminaban peleándose por tonterías, ambos se preocupaban por el otro y estaban siempre dispuestos a cualquier cosa por protegerlos. Era el tipo de sentimiento que yo sentía hacia Niki. Y, pensándolo detenidamente, también hacia el tímido y callado de Sunoo.
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𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃𝐁𝐎𝐔𝐍𝐃: 𝑺𝒉𝒂𝒅𝒐𝒘𝒔 𝒐𝒇 𝒕𝒉𝒆 𝒏𝒊𝒈𝒉𝒕 | ENHYPEN
FanfictionSiete dioses les encomendaron la misión de proteger a la vampira original, confiriéndoles poderes extras para llevarla a cabo. Se habían convertido en sus caballeros y llevarían a cabo su cometido. ⚜️⚜️⚜...