Seguro que la reina Eithne sabe el motivo de la muerte del rey Hassan, pero no me atrevería a hablarle directamente, ni mucho menos preguntarle sobre él. Así que no quedaba más que escabullirme a su habitación, aunque corriera el riesgo de ser descubierta. Si encontraría pistas sobre la muerte del rey infiltránfome a su recámara, lo haría.
Termino el entrenamiento y escapo con rapidez del campo nevado.
La reina y el príncipe se encuentran en sus tronos de cedro con rubíes incrustados en los reposabrazos.La reina Eithne viste con tonos dorados y marrones. La cola larga de su vestido de seda cae sobre el suelo y tiene una abertura, dejando a la vista unas zapatillas altas doradas. Su cuello luce precioso; un colgante de zafiros, a juego con su corona, resalta el tono pálido de su tez. Su cabello castaño está trenzado, mostrando los largos pendientes azules.
El príncipe Loan lleva una túnica verde musgo, bordada con hilos de plata en las mangas. Un broche azul se adhiere al lado derecho de la túnica, justo sobre el pecho.
Bajo la túnica, viste pantalones marrones y botas del mismo color.
El cabello rubio y los ojos verdes, le daban un contraste hermoso a su rostro.
De repente me miró con esa amargura, y el encanto se esfumó.Subo las escaleras con apariencia sosegada, como si no fuera a espiar dentro de la recámara de la reina.
En el palacio del Reino Norte, las habitaciones de los miembros de la realeza se distinguen por los pomos blancos. En Kadin, la bandera es azul, así que me dispongo a hallar puertas con pomos azulados.Tenían que ser las primeras, un miembro real no eligiría habitaciones alejadas.
Paso veinte recámaras con el pomo plateado, en el ala izquierda. Así que ni siquiera pienso en continuar, giro y camino hacia la derecha.Paso las primeras cinco y a la sexta encuentro los pomos azulados.
Que sea la habitación de la reina y que no tenga llave.
Giro el pomo lentamente y para mi suerte, abre.Un guardarropa color rosa está posado en la esquina de la recámara, al menos que al príncipe Loan le guste mucho el rosa, esta habitación es de la reina.
La cama con dosel se encuentra frente al armario, en la otra esquina. Me dirijo al tocador e inicio a abrir los compartimentos.Joyas, joyas y más joyas en los primeros cajones. Coronas, tiaras, tónicos, aromáticos, pañuelos y... Más joyas, por si hacían falta.
Extiendo la mano hacia el último cajón pero tiene un pequeño candado.¿Dónde ocultaba mi madre las cosas importantes? Detallé la habitación y recordé una vez cuando mi madre ocultó su colgante favorito; de perlas rosáceas, en una caja pequeña bajo la cama. El primer colgante de perlas que mi madre obtuvo, lo tomé a escondidas y por accidente, lo dejé caer al suelo. Las perlas se esparcieron por la habitación y resbalé. Mi madre se enteró al oír mis gritos y, luego de ese incidente, mi padre le obsequió nuevamente, otro colgante igual. Este fue el que ocultó en la caja.
Me arrodillo y levanto el edredón para asomar mi cabeza.
En efecto, una caja aterciopelada se encontraba junto a la pared. Extiendo el brazo y tomo la cajita.Sujeto la llave diminuta que había dentro de la caja y me pongo de pie.
La introduzco en la cerradura y deslizo el candado.
Papeles y solo eso, los leo rápidamente y son irrelevantes, tratados con otros reinos o países. Estoy a punto de cerrar el cajón cuando algo destella, robando mi atención.Un broche, y no cualquier broche. Un broche de Zoyet.
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Nieve y obsidiana
FantasyHuyó de su hogar al presenciar un asesinato. Ahora trata de sobrevivir con el agua de los arroyos y los animales que habitan en los bosques. Pronto cruzará los límites, desvelará secretos y creará alianzas. Todo con un solo objetivo.