- ¿Planea decirle a la reina que es una princesa?
- No son mis intenciones.
- No puede presentarse con ese vestido.
- Lo sé. Quizás con un manto pueda pasar desapercibido.
Se marchó hacia la habitación y regresó con otro vestido. Este no parecía un camisón. Era verde musgo y de mangas largas, por suerte.
-Vaya a cambiarse, chiquilla.
Al estar dentro de la habitación, dejo caer el vestido blanco al suelo y coloco el cuchillo sobre la cama.
Me deslizo por el vestido, oculto de nuevo la hoja bajo el ropaje y salgo de la habitación, dejando que Agnes me ajustara el vestido.- Parece una campesina.
- ¿Gracias? -la anciana sonríe levemente.
Antes de atravesar la puerta, Agnes me detiene y extiende una canasta de mimbre. Bajo el vestido pálido se encuentran; un par de manzanas, uvas y lo que parece un ungüento.
- Por si vuelve a hacerse una herida como esa -señala mi rodilla, casi cicatrizada.
Pongo un pie fuera de la cabaña de madera y me aseguro de que Obsidian esté junto a mí.
- Agradezco la hospitalidad. Fue un gusto conocerla, Agnes.
- El gusto fue mío, princesa.
Sigo mi trayecto, esperando que la nieve aún no llegara.
En algún momento tomé al gato y lo coloqué dentro de la canasta. Dejándole en claro lo que haría si se comía los frutos.- Si lo haces, te lanzaré al primer arroyo que vea.
Me sumerjo en el próximo bosque.
Una mariposa monarca aparece en mi campo de visión, revoloteando sobre la canasta. Se posa sobre la nariz del gato y él se mantiene inmóvil. Obsidian se sacude hasta que la mariposa vuela de nuevo, causándome algo de gracia.Descanso bajo la sombra de un sauce.
Por cada mordida a la manzana, le lanzo una uva verde al gato.
El zumbido de una avispa hace que levante mi cabeza, encontrándome con una colmena.
Obsidian trepa el árbol, siguiendo el zumbido de las avispas.- ¡Baja de ahí Obsidian! -brinca de rama en rama, dejando caer las hojas a mi alrededor.
- Gato, te lo advierto -declaro al ponerme de pie-. Baja ahora mism...
Salgo a correr antes de que la colmena caiga al suelo y no me aseguro si el gato viene conmigo.
El zumbido cada vez es más alto y eso me advierte de las avispas que me persiguen.
Elevo las manos e intento espantarlas, dejando a unas cuantas atrás.
El gato me sobrepasa y me mira con esos ojos grisáceos.- ¡Te lo advertí! -eso hizo que corriera más deprisa.
Cierro los ojos por un instante, al sentir la picadura de una avispa, pero los abro enseguida al chocar con un cuerpo macizo.
- ¿Se encuentra bien?
- ¿Quién es usted?
- Ante esa pregunta, determino que está invadiendo mis tierras.
Mierda, había chocado contra el príncipe.
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Nieve y obsidiana
FantastikHuyó de su hogar al presenciar un asesinato. Ahora trata de sobrevivir con el agua de los arroyos y los animales que habitan en los bosques. Pronto cruzará los límites, desvelará secretos y creará alianzas. Todo con un solo objetivo.