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Lunes

22 de noviembre


Llamé a la policía y le conté todo lo que me había ocurrido. No me lograban entender porque estaba nerviosa, así que me intentaron tranquilizar. Cuando acabaron de tomarme los datos dijeron que de aquí a cinco minutos vendría una patrulla a mi casa para hablar conmigo más relajadamente, y para ver esos mensajes.

Sabía que no estaba bien llamar a la policía, ya que me lo había advertido, pero no sabía qué hacer sin su ayuda. Aunque tenía varias opciones rodeando la cabeza, como por ejemplo : salir corriendo de Chicago; entregarme al secuestrador; hacer que me entregaba pero la policía actuaba; darle más dinero del que tenía al secuestrador o quedarme de brazos cruzados

Pero la única que me convencía era la tercera. Por eso mismo estaba en camino la policía.

***

Tres policías estaban sentados enfrente de mí. Dos de ellos ya los conocía, eran los que vigilaban junto a la puerta. El otro supuse que era un compañero muy cercano de Oliver por las inmensas ganas que tenía de atrapar al secuestrador.

Me cogieron el móvil para revisar los mensajes que me llegaron. Los analizaron y decidieron cómo íbamos a actuar.

Le iba a escribir diciendo que me intercambiaba por Oliver. Los policías iban a estar escondidos y cuando fuera el momento saldrían a detenerlo.

Obedecí a todo y cuando me dijeron, le escribí lo que ellos me dictaban:

He decidido lo que voy a hacer. Me entregaré. Con dos únicas obligaciones. La primera: antes de que me ofrezca, soltarás a Oliver, y dejarás que se vaya. Y la segunda: quiero que me mandes un video para confirmar que Oliver sigue en pie. La foto no es suficiente.

No tardó mucho en responder:

Querida Andrea, te enviaré el video si hoy a las 16:00h te presentas en la dirección que te proporcionaré al final de este mensaje. Te daré una calle cercana, pero tendrás que mirar las señales marcadas en el suelo y seguirlas, así me encontrarás. Si estás dispuesta a aceptar, respóndeme a este mensaje en menos de cinco minutos y te enviaré el video esperado.

Cuando lo leí le respondí con un <<ok>> antes de que pasara el tiempo estimado. Poco después me mandó el video que pedí.

Lo abrí con los agentes a mi lado. Los cuatro escuchamos y vimos lo que había.

Se le veía sentado en la silla de la foto, en la misma posición y seguía con las manos y los pies atados. Pero pude notar su dolor. Pude notar la rabia en las venas de su cuello. El video duró diez segundos y se paró justo cuando Oliver estaba diciendo:

No lo hagas Andrea, no lo hag...

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