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«¿Es Han?», pensaba, y no refiriéndome a quien llamo al teléfono sino la razón por la cual mí dolor desaparecía.

- ¿Han? - Dije contestando el teléfono.

- Hey morocho, si soy yo, ¿Puedo pasar? - Contestó este, pude sentir como casi se detenía mí corazón.

- Si claro pasa - Dije abriendo la puerta.

«Esto ¿Puede ser posible?», el hecho que mí dolor desapareciera cuando Han estaba presente era una completa locura, no podía ser así.

La puerta fue tocada por lo que me dirigí a ella, al abrirla allí estaba él, mostrando su sonrisa, y mí cabeza no podía asimilar lo que estaba pensando.

- ¿Todo bien? - Preguntó al notar que solo me quedé parado en la puerta sin decir nada ni moverme.

- Ah si, entra - Reaccioné dejándolo pasar.

- Te notas algo distraído, ¿Ocurre algo? - Preguntó mirándome.

- Oh solo...pensamientos pasajeros - Dije tratando de aceptar la loca idea de mí cabeza.

- Ya veo - Dijo para luego sentarse con los mininos en el sillón.

- Y dime...¿Que te trae por aquí? - Pregunté sentándome en el otro extremo del sillón.

- Solo...estaba algo aburrido y decidí pasar a ver a los pequeños y a charlar un poco contigo - Contestó.

- Oh bien - Agregué.

- ¿Cómo fue tu sesión hoy? - Preguntó.

- Hm algo agotadora, me cambiaron la medicación y dijo que volvería a hacer estudios - Dije cansado, aún que ahora no me dolía nada.

- ¿Ha avanzado algo? - Preguntó.

- No, eso me frustra tanto - Dije apoyando mí mano en el pecho, aún que no quería aceptar esa teoría debía admitir que el dolor desaparecía por completo cuando Han estaba, pero estaba cansado por no saber que demonios sucedía realmente.

- ¿Te duele? - Preguntó para luego apoyar su mano en mí pecho, yo lo miré parecía preocupado, fue cuando sentí mí rostro humedecerse - ¿Que sucede? ¿Duele? - Preguntó rápidamente, lágrimas habían caído por mí rostro, y no sabía por qué, solo habían salido de manera involuntaria, no podía contestarle, sentía que mí voz no salía y no podía dejar de mirarlo, estaba teniendo un sentimiento muy extraño pero me sentía tan bien, llegaba a olvidar que desde que tengo memoria mí tobillo y pecho dolían, incluso podía llegar a decir que me sentía curado.

- Estoy bien - Dije cuando pude hablar.

- Oh, no me asustes así - Dijo acomodándose nuevamente en el sillón mientras sonreía.

- Si, lo siento - Dije levantándome para dirigirme a la cocina, bebería algo de agua.

- Hm oye, ¿Sigues pensando en el loco de la otra noche? - Preguntó, y si, realmente lo había estado pensando, desde que Seungmin me dijo que Han necesitaba ayuda lo había considerado mucho.

- Algo, sabes me dijeron que es como un vidente, de esos que te ven el futuro o algo así - Contesté volviendo al sillón.

- ¿Y tu crees eso? - Agregó.

- Hm yo creo que siempre hay un lugar para lo extraño en la vida - Dije viéndolo.

- ¿Quieres que vayamos?, A fin de cuenta dijo que nos vería pronto - Dijo acariciando a los felinos.

- Si, podríamos ir a ver para ver qué es realmente - Dije, había sido fácil, había pensado en decirle yo si quería que fuéramos pero él lo dijo primero.

Hablamos acerca de cuando y a qué hora iríamos bebimos algo de café y luego se fue, cuando dejó mí departamento tomé el tiempo calculando aproximadamente cuanto tardaba en dejar o alejarse del edificio, y cuando el tiempo se acabó el dolor repentinamente volvió a mí. «No puede ser», pensaba negando la minima posibilidad de que fuera gracias a él que mí dolor desapareciera sin razón, no aceptaría tan rápido eso, primero lo comprobaría.





Viernes, hoy por la tarde habíamos acordado ir con Han al vidente, había llegado antes de lo acordado, me senté a esperar, decidí cerrar los ojos y que mí dolor me dijera cuando Han estaba cerca, los minutos pasaron y cuando me estaba por dar por vencido sentí como mí dolor desaparecía, rápidamente abrí mis ojos, y efectivamente a unos 15 metros venía Han caminado con una sonrisa.

- Hey - Dijo frente a mí, yo aún no podía aceptar que no me doliera nada.

- ¿Listo? - Pregunté.

- Si vamos - Dijo.

Buscamos exactamente la dirección y nos encontramos con una especie de tienda de antigüedades, algo inseguros entramos a esta, estaba vacía, ni si quiera alguien que te atendiera.

- Hm ¿Hola? - Dijo el peliazul.

- Los estaba esperando - Oímos una voz.






































¿𝐔𝐧 𝐡𝐢𝐥𝐨? ᵐⁱⁿˢᵘⁿᵍ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora