━ ❛ 03 ❜

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Algo en su interior se removió al verla así, escuchó a su loba decir que aquella omega era hermosa, y no pudo controlarse cuando su loba interior tomó el control de su cuerpo. Apenas razonó que había cambiado cuando se vio en cuatro patas acercándose a Ari.

Nuvia vio todo totalmente sorprendida, aquella nueva loba, un poco más oscura que el cabello de Samantha, avanzó con cuidado y apartada un poco de la melancólica loba de su amiga. Se anunció con un suave aullido, de unos pocos segundos.

La omega alzó sus orejas al mirarla. La beta acercándose con lentitud, mantuvo una postura sumisa hasta que ambas fueron a su encuentro. La loba de Ari la olfateó en el cuello, orejas y parte del lomo. La alfa frunció el ceño confundida al verla mover la cola, y su boca se abrió un poco cuando la omega lamió las orejas de la beta en un gesto de cariño.

La loba más oscura, más grande que la omega pero pequeña en comparación al lobo de un alfa, olfateó entre el cuello y hombro de la otra, y también dejó lamidas que parecieron dolerle a Ari, ya que soltó unos leves lloriqueos, pero no se apartó, por el contrario, permaneció allí hasta que su llanto se calmó con aquellos besos.

La beta se apartó momentáneamente, sus oscuros ojos se encontraron con los azules de la omega por un segundo.

Alzó su cabeza hacia el cielo y aulló con seguridad. 

La omega volvió a mover la cola ligeramente, antes de acompañarla y aullar con ella.

Su canto era diferente al de hacía unos momentos; no era melancólico, no era triste, era más similar al canto de las parejas luego de ser unidas por un lazo. Era sencillamente hermoso.

Millaray parecía confundida, anonadada, no podía creer que aquello estaba pasando.

Su abuela siempre le contó de tantas leyendas y, entre ellas, la del omega y beta que eran predestinados. En su mente, esa historia tenía imágenes similares a lo que estaba presenciando en ese momento.

Le hacía pensar tanto en aquel antiguo relato que tenía algo de esperanza de que quizás en esa historia esté la forma de salvar a su amiga. 

El aullido de la omega flaqueó, los corazones de las otras dos se detuvieron. La loba se tambaleó unos segundos hasta que con lentitud tortuosa, volvió a ser una chica castaña, casi rubia.

Con más rapidez que nunca en su vida, Samantha también volvió a su forma humana y sostuvo el cuerpo de Abril antes de que esta pudiera caer. Sintió un escalofrío cuando su piel, sudorosa y fría, tocó la propia puesto que las prendas se habían ido en cuanto los animales se habían hecho presentes. 

La respiración de la beta era agitada, abrazaba a Ari contra sí como si la conociera de hacía siglos, como si tuviera un tesoro entre los brazos. Su corazón latía agitado y sus mejillas estaban calientes; el aroma de la omega era suave, era sutil y también hermoso. Olía a fresas y flores, un aroma tan fresco en una situación así, tan particular que su mente lo comparó con una brisa fresca en una ciudad atestada de gente.

¡! 𝐑𝐈𝐕𝐀𝐑𝐈 ─ ❛ 𝐎𝐔𝐑 𝐋𝐀𝐒𝐓 𝐃𝐀𝐘𝐒. ❜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora