━ ❛ 21 ❜

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— ¿Nuvia, en serio vas a apoyarla? — Dijo la mujer, ofendida, mientras la peli-violeta los ayudaba a juntar sus cosas y las llevaba a la puerta de la casa.

Las estaba invitando cordialmente a que se fueran de una puta vez.

Su plan ''B'' era arrojar sus abrigos al frente y cerrar la puerta detrás de ellos si no se marchaban por las buenas.

— Ella está muy sensible, ya lo ven. — Hizo ademán a la mexicana a sus espaldas.

Después de esas palabras, la mujer había querido discutirle a su hija, con más insultos que palabras razonables. Rubén había intentado calmarla para al menos tratar de pasar un buen rato tranquilos durante el postre y retirarse por las buenas, pero la omega mayor estaba en verdad histérica y ofendida, hasta se había puesto de pie para que escucharan su victimismo mejor.

Pero Abril se había puesto tan nerviosa que se había desmayado de nuevo, siendo Samantha quien la sostuvo, y no dejó que nadie se le acercara mientras la acunaba en brazos.

Nuvia la cubrió diciendo que ella estaba a su cargo y que se alejaran para dejarla tranquila, que debía tener espacio y que Samantha sabía perfectamente lo que hacía, cuando en realidad bien se notaba que la beta se había puesto posesiva con la chica.

— Fue mucha tensión, ella ya estaba con presión bastante baja, es delicado. — Dijo Millaray, y Rubén, quién era doctor, asintió porque sabía que era posible, cuando la realidad era que la de cabellos púrpura estaba diciendo cosas al azar sin tener ni una mínima idea al respecto. —Después hablaré con ella, les mandaré un mensaje cuando esté mejor, pero merece descansar, no se esperaba que llegaran ustedes. —

— Gracias, Nuv... — dijo el otro alfa. — Después pregúntale si quiere hablar con nosotros —Millaray asintió, pero no lo haría. — Vamos... —

Cuando al fin se fueron soltó un suspiro pesado, poniendo la traba de la puerta de una vez por todas.

Miró de lejos a la pareja, Samantha sostenía a Abril como si fuera una bebé, medio sentada en su regazo, la mejilla a la altura del pecho de la beta, ésta acariciaba su cabello y sus rosadas mejillas con lentitud, mientras su brazo rodeaba su cuerpo y sostenía la mano de la omega.

Millaray rió como una tonta y se acercó a ellas, mantuvo dos pasos de distancia.

— ¿Está bien? — preguntó.

— Sí, está bien, su pulso se normalizó desde que esos dos se fueron... — Dijo, hablando bajo y tranquila, aunque por dentro seguía asustada desde que había visto a Abril mareándose y cayendo inconsciente de nuevo.

— ¿Puedo ayudar con algo? —

— Sí, tráeme un paño mojado en agua fría, por favor. — Pidió Samantha, y la alfa asintió, antes de ir hacia la cocina, apenas a unos metros de distancia, abrió el agua fría del fregadero y la dejó enfriar mientras buscaba un paño entre los cajones.

¡! 𝐑𝐈𝐕𝐀𝐑𝐈 ─ ❛ 𝐎𝐔𝐑 𝐋𝐀𝐒𝐓 𝐃𝐀𝐘𝐒. ❜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora