━ ❛ 07 ❜

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''Sus dedos tocan la piel de su compañera, a la que no ha visto desde hacía muchas vidas atrás. La omega aún tenía su color dorado, no ha perdido su brillo en todos esos siglos, su cabello como el oro y su piel de un hermoso nivea, su sonrisa de perlas y sus amables ojos la miran con alegría.

Su alma gemela sigue pareciendo su sombra, su cabello oscuro y piel pálida contrastan con la luz de su eterno amor. 

Y sonríe para ella, sus dedos acarician su rostro y las miradas se encuentran.

La beta mira la marca, visible por el amplio cuello de la remera, sigue como si estuviera fresca.

La omega le sonríe de cerca y le contagia el burbujeante sentimiento que acaricia en su interior.

— Tanto tiempo... — Murmuró la joven dorada, y junta sus labios de nuevo, finalmente.

Se pierden en el beso, se gozan después de tantas vidas y distancia. La beta acaricia su cabello y la omega sus mejillas. Luego, la beta la toma de la nuca, hasta que su mano pálida desciende al delgado cuello de la otra, rozando la marca con sus dedos sin querer, haciendo la piel arder y quemar.

Abril se levanta de golpe con un grito de dolor, lleva la mano automáticamente a su marca, y llora con desconsolación por el escozor que emana de aquel lazo roto. 

Solloza con dolor, Samantha se despierta con confusión, tardando unos segundos en reaccionar, algo asustada con el parecido de Abril con la chica de sus sueños.

— Abril, Abi, suelta. — La enfermera toma su brazo y la separa a la fuerza de la marca, lágrimas cubren su rostro y suelta gemidos dolorosos entre sus lamentos. — Espera, espera, no te toques, mantente ahí. —

Sale de la cama con rapidez, yendo hacia su bolso. Revolvió todo hasta sentir el pequeño frasco con ungüento que siempre mantiene guardado para los casos como los de Abril. Se acerca de nuevo a ella, quitando la tapa.

— A ver, a ver, pequeña... — Dijo, colocándose a su lado, tomando una generosa cantidad con sus dedos. — Mantente tranquila, Ari, sólo falta que cambies de forma, ya... Respira. — rogó, acercándose con lentitud a la marca que se había tornado de un rojo oscuro. Se ve irritada alrededor.

Abril sisea cuando el ungüento toca su piel, pero se calma con respiraciones pesadas mientras aquel remedio calma su dolor.

— S-sammy... —

— Shh, tranquila, estoy aquí... — Dejó crema de más, ya que no quería tocar demasiado. Cerró el frasco y la miró con atención. — ¿Estás más calmada? —

Abril asintió.

— ¿Qué es eso?... — Preguntó, curiosa de la magia que había utilizado para aplacar su ardor en segundos. 

¡! 𝐑𝐈𝐕𝐀𝐑𝐈 ─ ❛ 𝐎𝐔𝐑 𝐋𝐀𝐒𝐓 𝐃𝐀𝐘𝐒. ❜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora