━ ❛ 𝐎𝐮𝐫 𝐅𝐢𝐫𝐬𝐭 𝐃𝐚𝐲𝐬. ❜

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— Juanito...~ Wake up...~ — Sintió los besos en todo su rostro y movió sus manitos y brazos para que su madre se apartara. — Lindo, ya es tarde, vamos, arriba. —

— No. ─ Murmuró, y se dio vuelta para hundir el rostro en la almohada.

— Juan, pero necesito tu ayuda... ─ Samantha hizo un puchero mientras le hacía leves cosquillas. — Mamá Abi está en coma de nuevo y hay que despertarla, sólo tú puedes salvarla, Conejito. —

Con aquello el niño de cinco años alzó su rostro, apartó su despeinado cabello castaño de su rostro y sus bellos ojos grandes la miraron un segundo antes de ir corriendo hacia el cuarto de sus madres, donde la rubia dormía hecha una bolita.

— ¡Mami! ¡Mami, despierta! ─ Comenzó a saltar sobre la cama, hasta que vio a su madre sonreír, con sus ojos entreabiertos para mirarlo.

— Juanito... ¿qué hora es? —

— No sé... — Se encogió de hombros. — Mamá Sammy me dijo que estabas en coma, ¿Te salvé? —

Abril rió y asintió, Samantha siempre le contaba la misma historia, extendió sus brazos hacia él y el pequeño fue a refugiarse en estos.

— Sí me salvaste, lindo. — Dijo. — Pero la próxima dile a Samantha que me puedo salvar yo sola. —

— Sí, seguro. — Dijo Samantha, detrás de ella, haciendo que rodara los ojos. — Ya me voy para el hospital, pequeña. — Dejó un beso en su mejilla. — Cuídense, mis bebés. —

— Nos vemos. — Murmuró la omega, y el pequeño Juan agitó su mano para despedirse.

El pequeño Juan no entendía por qué para Samantha era tan importante despedirse de Abril, se veían todos los días, dormían juntas y hacía años que estaban en pareja.

— Cuando encuentres a tu pareja predestinada, o cuando sientas tanto amor por alguien como el que nosotras sentimos, entenderás la importancia que tiene lo más pequeño, como los buenos días. — Era lo que Abril siempre le respondía.

A Juan le seguía pareciendo algo exagerado, y más porque Samantha estaba muy cerca, apenas había que cruzar la calle para llegar al hospital. Se habían mudado especialmente para quedar cerca.

Ahora estaban en una zona de Monterrey bastante tranquila, estaba cerca de la playa, pero en una zona muy alejada del turismo y la gente, era un pequeño y tranquilo paraíso, donde había un hospital también pequeño y tranquilo.

— Es que me pongo muy triste si Samantha está lejos, por eso tenemos que estar cerca siempre. — Era la explicación que Juan siempre recibía.

Aún era muy pequeño para que le contaran toda la historia.

— Juan, ¿Te gustaría tener un hermano o hermana? — Le preguntó Abril, mientras el pequeño desayunaba, estaba vestido para ir a su academia de danza dentro de una hora.

¡! 𝐑𝐈𝐕𝐀𝐑𝐈 ─ ❛ 𝐎𝐔𝐑 𝐋𝐀𝐒𝐓 𝐃𝐀𝐘𝐒. ❜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora