⛸Capítulo 38⛸

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Novios oficialmente

Aedus

Por fin podré ver a mi abuelo, lo quiero ver porque es la única persona —aparte de Mack —, que he extrañado todos estos años. Hace rato hablé con él y cuadramos el día en el que lo visitaré, ahora tengo que preguntarle a la mocosa si quiere ir conmigo porque él viejo me amenazó con que no me dejaría entrar a su casa si no vengo con ella.

Él la adora desde que ella era una niña. La ve como su otra nieta.

Al bajar las escaleras de mi penthouse, sonó el timbre de la puerta principal. Que raro. La mayoría de veces que alguien viene es por mi ascensor privado.

Suspiré y fui abrir. Me encontré con la mujer que amo con los ojos llorosos y una triste sonrisa. No lleva su bolso ni nada en la mano.

—Amor, ¿qué ha pasado? —pregunté, preocupado.

—¿Me dejas entrar? —susurró bajo.

—Ven aquí, amor —ella entró y me abrazó como un koala. Cerré la puerta, luego la atraigo a mis brazos queriendo no soltarla.

—Mis papás se enteraron que estamos juntos y... —empezó a sollozar. La ira llegó a mi.

—¿Te hicieron sentir mal? —tomé su rostro y la hago mirarme. Su pequeña nariz está roja, sus ojos también.

—Algo así..., mi madre me trató como una mierda y dijo que era un zorra porque le fui infiel a Cole. Yo..., estoy cansada, Aedus —se aferró de nuevo a mi.

Siempre he dicho que mi más grande debilidad, es ver a Mackenzie Morgan llorar. No tolero verla así, verla culpándose a si misma por lo mierda que es su mamá me pone vulnerable y no me gusta. Podría hacer cualquier cosa solo porque no ver a la mujer que amo como un loco llorar.

Ella no lo merece.

La cargué en mis brazos, subí las escaleras yendo a mi habitación.

Ella me contó lo que pasó y solo tenía ganas de matar a Gema por tratarla así.

Nadie volverá hacer llorar a la mujer que amo.

Mack y yo tenemos una hora aproximadamente acostados en mi cama, ella está acurrucada en mi y yo no la suelto. Me contó todo lo que pasó, me da tanta rabia que ella pase por todo ello.

Hoy tenía una junta con unos socios, pero llamé a M y le pedí que me cubriera. Lo bueno es que mi mejor amigo ya sabe los negocios de la empresa y muchos de mis socios lo conocen. También tenía que ir con Louis y Milo, pero da igual. Ambos me llamaron porque salió a luz muchas fotografías mías y de la mocosa, algunas son de nosotros besándonos. La que tiene a toda la prensa loca es la de la competencia en donde la cargué y la besé.

Odio a la puta prensa.

Mack juega con el piercing que tengo en la nariz, a decir verdad me encanta tenerla aquí.

—¿Te quedarás conmigo? —le pregunté, asintió aún jugando con el piercing.

Sonreí de lado.

—¿No te molesta que viva contigo unas semanas? —alzó la cabeza, clavó sus ojos rojos en mi. Está nerviosa y no debería.

—Amor, no me molesta. Tenerte aquí conmigo es algo que me fascina, así tendré una excusa para salir rápido de los negocios y venir aquí —confesé. Mack sonrió.

Stay with me (completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora