Castigo injusto
Kenzie
—Aedus —lo llamo con firmeza, siento que puede hacer una locura. Dejó de mira a su hermano y me miró a mi. Me acerqué a él con cautela y toqué su rostro, sale sangre de su labio inferior —, vete, ¿si? Esto puede salir mal —negó.
—No, no pienso dejarte sola en esto, Mack. No me pidas que me vaya porque no lo haré —solté un suspiró, asentí.
—No tienen vergüenza los dos —miramos a Cole, que negó con la cabeza varías veces —. Son detestables, me dan asco.
—Vete, Cole —le espeté seria. Me miró, incrédulo —. Estás ebrio y sé que no eres así. Por favor, vete.
—¿Para qué? ¿Para qué puedas follar con Aedus? ¿Ah? —apreté los labios.
—No vas a venir a mi casa a ofenderme, Cole. Ya no más, si vas a seguir con esto, mejor vete — alcé la voz.
—No me voy, eres una descarada.
—¡Ya deja de insultarme! ¡No eres la única víctima aquí, idiota! Vete de mi casa, Cole —volví a repetir.
—¿Esto es una broma? —se acercó a mi y me empujó con su brazo, me dolió un poco porqué fue con brusquedad. Casi caigo al suelo, de no ser por Aedus que me sostuvo y se posó en el medio.
Tragué saliva.
Aedus es mil veces más alto que Cole.
—Vete, Cole. Agradece que eres mi hermano y me preocupo por ti, maldito. Toma una ducha y duerme un rato, luego piensas en lo que hiciste y en que lastimaste a Mack. No me importa golpearte si te atreves a tocar a Mackenzie, ahora largo —le espetó en tono frío. Cole me miró, arrepentido y yo le sostuve la mirada con firmeza.
Volvió a mirar a su hermano, asintió.
—Lo siento, linda —me volvió a mirar pero yo no dije nada. Me pasó por un lado y salió de mi casa.
Aguanté las ganas de llorar de nuevo. Me dolió su actitud y más, que me tratara así. ¿Por qué? Tomé una bocana de aire, Aedus suspiró y se acercó a mi. Tomó mis mejillas y lo miré.
—Hey, ya todo terminó. En serio no entiendo esa actitud de mi hermano, jamás reaccionaría así —dijo bajo.
—Es normal, pero..., me dolió como me trató —sollocé. Aedus me atrajo a su cuerpo y me abrazó, me acurruqué en él sintiéndome segura.
—Deberías descansar, amor —me susurró dejando un suave beso en mi cabello.
La puerta de la entrada fue abierta, Nana entró con Caleb que viene suspirando. Me separé de Aedus y limpié mis mejillas empapadas, respiré hondo. Nana nos miró y abrió los ojos sorprendida.
—¿Estás bien, mi niña? ¿Por qué Cole salió todo mal de la casa? —preguntó dejado su bolso en la misma mesa que yo dejé el mío. Caleb miró a Aedus.
Me acerqué a Nana y la abracé, suspiré.
—Estoy bien. Solo tuvimos una discusión —dije cuando nos separamos, ella me miró con duda. Me conoce muy bien. Entendió que no quiero hablar sobre ello, porque me dio una mirada compresiva.
—Si has crecido —Aedus le desordenó el cabello oscuro a mi hermano. Caleb se quejó.
—Te llamas Aedus, ¿verdad? —él pelinegro asintió.
Cuando Aedus se fue, aún mi madre no pensaba tener a Caleb. Mi hermano lo admira, ya que es su boxeador favorito. De hecho, tiene postes pegado de Aedus en su habitación.
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Stay with me (completa)
Ficção AdolescentePRIMER LIBRO DE LA BILOGÍA STAY. "Habrán dos amores siempre para uno, tu alma gemela, y el amor de tu vida" Kenzie tiene una vida "perfecta", por así decirlo. Ella está decida a confesarles sus sentimientos a la persona que ella cree que es el amor...