⛸Capítulo 7⛸

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Carreras ilegales

Kenzie

Quiero morirme sin duda, ¿por qué carajos quise venir aquí?

Maldita curiosidad mía.

No debí venir a este lugar, me da escalofríos que hacen que me vuelva loca. Las personas me miran de arriba abajo con recelo, los hombres me comen con la mirada y no se empeñan en esconderlo. Todo aquí es peligroso, hay alcohol, drogas, prostitutas por todos lados.

Nunca había venido a este lugar tan peligroso. Hay hombres que están armados, listos para quién sabe que pueda pasar. La vibra de este lugar es muy peligrosa, la policía puede llegar en cualquier momento. Don antipático tenía razón al advertirme sobre no dar mi nombre completo, no quiero paparazzis aquí y que me reconozcan. Mis padres me matarán.

No me despego de Aedus en ningún momento, su mejor amigo me cayó bien, fue el único que no me trató mal. Maldije y me asusté cuando Aedus me dijo que lo esperara en la barra en donde estamos, ya que iba a ver a un tal Nate. Le pidió a Michael que me cuidara y resoplé, tampoco soy una niña que se puede perder..., pero lo prefiero, no estoy acostumbrada a estás cosas.

Bebí otro sorbo de mi bebida y suspiré.

—¿Eres su novia? —casi me atraganté y empecé a toser, Michael me dió unas palmaditas en la espalda—. ¡Oye no te mueras, porque yo estaré tres metro bajo tierra si te pasa algo! —dijo, aterrorizado. Me calmé y tragué saliva.

Que vergonzoso.

—Gracias, y no, no soy su novia —le aclaré lo que me había preguntado antes. Este sonrió.

—Parece que si, pero bueno, se ve que no estás acostumbrada a estás cosas —lo miro, incrédula.

—¿Por qué? —pregunté.

Él chico que me sirvió la bebida, Red, nos escucha de reojo. Él ojos azules se enderezó en su lugar.

—Aedus nunca había traído a una chica aquí —fruncí el ceño.

—Pero..., tiene años que no viene, ¿no? —asintió.

—Si, pero también iba a carreras en Australia —me sorprendí.

—¿Desde hace cuánto lo conoces? —le pregunté ,interesada. Sonrió, melancólico.

—Cuando su abuelo lo trajo aquí, ambos teníamos ocho años, Aedus siempre ha sido un hermano para mi —sonreí—, lo extrañé mucho cuando se fue, es como mi alma gemela —dijo feliz.

—¿Qué es eso de qué es él Rey de este lugar? —inquiero bajo. Michael suspiró.

—Esa es una larga historia, no creo que sea él indicado para decírtela. Creo que mi amigo es él que debería decirte —bufé.

—Nunca lo hará, él no confía en mi —tomé otro sorbo de mi bebida.

La música sigue a todo volumen y no veo por ningún lado a don antipático. Joder.

—Eso es mentira —vuelvo a mirar a Michael, se rascó la nuca, pensativo —, sino no te hubiera traído aquí. Sé cuál es su carrera, Aedus se guarda lo que le gusta para él mismo —me relamo mis labios.

—No lo veo desde hace años —dije.

—Lo sé —lo miro, incrédula.

—¿Cómo? —sonrió, cómplice.

—No digas que él no confía en ti, corazón —tragué grueso—. Estas muy equivocada —negué.

—Como sea, sé que no le importo —bufó.

Stay with me (completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora