⛸Capítulo 5⛸

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Tensiones al aire
muy fuertes

Kenzie

Me siento poderosa, ¡ja! Quién iba a decir que tener a Aedus Barker en mi poder iba hacer tan excitante, no me pregunten qué mierda me dió para hacer algo como ello..., digamos que me armé de valor y así por fin conseguir sacarlo de mi cabeza, ah, pero no puedo conseguirlo. Porque desde que lo besé, todas las noches sueño con ese beso que, Dios mío, ha sido el mejor beso de mi vida. Nunca me había lanzado así, siempre esperaba que lo hicieran los chicos con los que salía. Pero con Aedus no, él me hace sentir yo misma, siento que la verdadera Mackenzie Morgan sale a la luz.

Dios.

Tengo que dejar de pensar en él, lo juro.

Han pasado dos días desde él beso y ahora estoy patinando exhausta, llevo una hora tratando que el tonto paso que me enseñó mi madre salga a la perfección, pero no puedo si en mi cabeza está un antipático de mierda. Ni siquiera he hablado con Cole, bueno, solo cuando salimos de clases que me puse a charla con él, pero no de la salida esa que me dijo.

Tampoco he podido dormir bien, es más, no he comido y, ¿saben el por qué? ¡Porqué la mujer que me dió la vida ha estado molestándome y no me deja comer bien! Estoy cansada. La competencia que tengo dentro de tres meses se acerca y tengo que concentrarme para poder hacer la coreografía bien.

Mi maestra, Julia, me da una mirada de reproche y me grita que descanse un poco.

Vieja loca.

Me duelen los pies, patino hasta salir de la pista y camino con mis patines hasta sentarme en los banco qué hay en los vestidores. Tengo la boca seca y sudo mucho.

Saco mi pote de agua y me la bebí casi toda.

—Vaya, veo que alguien no la está pasando bien —miro a mi compañero, Jacob. Él carga nuestro uniforme habitual con el que entrenamos que es azul con blanco. Suspiré y soltó una carcajada. Tomó asiento a mi lado y lo miré con los ojos entrecerrados.

—Hola, bobo —lo saludé y me dió un beso en la mejilla.

—Pareces un animal —se burló y le di una mirada frustrante.

—Odio a Julia, lo juro —susurré, refiriéndome a nuestra profesora. Él moreno rió feliz.

—Te entiendo, cielo. Es una bruja—lo último lo dijo bajito y reí. Él siempre me hace olvidar las cosas con sus locuras —. Mañana tenemos que ensayar la coreografía —asentí. Él siempre ha sido mi compañero de baile.

Las demás chicas están patinando y rodé los ojos.

—Siento que me muero —recuesto mi rostro en su hombro y suspiré, agotada. Jacob huele rico, un poco a sudor pero da igual.

Entrelacé mi mano con la suya y me dió un beso, sonreí.

Amo a este chico.

—¿Cómo has estado? —pregunta, ambos tenemos la mirada en la pista.

—Volvió después de tantos años —dije bajito, chilló asombrado y me miró con esos ojos oscuros grandes.

—¡¿Qué?! —asentí sin más. Jacob y yo hemos sido amigo desde que tengo cinco años que lo conocí aquí, desde ahí hemos sigo inseparables y él sabe toda mi vida como yo la suya. No estudia conmigo, estudia en otra universidad más retirada.

—Así como lo oyes —suspiré. Se llevó la otra mano a la boca, sin creérselo.

—Dios mío, ¿después de mandarte esa carta fea? Que maldito..., ¿cómo está? —rodé los ojos.

Stay with me (completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora