⛸Capítulo 17⛸

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Furia incontrolable

Aedus

—¡Ya puedes parar! —me ordenó Louis, afuera del ring. Me detuve y suspiré.

Me quito los guantes de box y bajo del ring, estoy todo sudado, solo llevo unos shorts negros de deporte y unos zapatos cómodos nada más. Milo me mira desde lejos con los brazos cruzados, me encogí de hombros.

Louis se me acercó.

—¿Qué te pasa muchacho? —me preguntó bajo.

Lo miré serio.

Mechones sudados caen por mis ojos y me limpio el rostro con una toalla blanca que siempre tengo conmigo.

—Nada —siseo. Él negó.

—Te conozco desde que tenias dieciocho, Aedus —recordó y bufé —, sé que te pasa algo. El campeonato es pasado mañana, ¿estás bien? —me quedé unos segundos sin decir nada.

Han pasado semanas desde que Mack se fue de mi casa en Los Ángeles, ella ya no me habla. Ahora soy un puto desconocido para ella y sé, que me lo merezco. Se la pasa saliendo feliz con mi hermano, a veces se queda en la casa y la ira se apodera de mi, yo me la paso en la casa de mis padres es solo para vigilarla. Si, estoy loco.

Me la he estado pasando entrenando, atendiendo mi empresa, haciendo sesiones de fotos y también yendo a las carreras ilegales. Siempre me ayudan a despejar mi mente y olvidarme de todo.

La discusión que tuve con Mack no sale de mi puta cabeza. Recuerdo cada maldita palabra que le dije esa noche, porque, a pesar que estaba borracho; era consiente de lo que le estaba diciendo. Me puse mal por las palabras de mi padre y me derrumbé, ella no sé alejo, sino que se quedó ahí conmigo y me ayudó.

¿Y qué hiciste?

La volví a lastimar con mis palabras. Es que, ella es novia de mi hermano y no soy un hijo de puta..., bueno, no tanto. Ella no es para mi, yo no soy para ella, ambos somos polos opuestos y nos odiamos. Yo le hago creer que la odio, soy un idiota. Lo último que quiero es lastimarla y siempre lo hago, ella no lo merece.

Mack ha estado practicando para la competencia que tendrá en unos días, está con mucha presión. La loca de su madre no la deja tranquila.

Las cosas entre nosotros cada día se vuelven más tensas, cuando está cerca de mi, no puedo dejar de mirarla, así lo haga con indiferencia —y es para no parecer un jodido enamorado mirándola —. Ella no sale de mi mente.

Milo y Louis se enojaron cuando vieron mis nudillos, ambos me dieron un sermón que ya sabía que me lo iban a dar.

He hablado con mi abuelo, Timothy. Él vive más retirado de la cuidad, quiero ir a verlo. Tengo muchas cosas por decirle y sé, que ese viejo me escuchará.

Algo que no hace mi jodido padre.

Me encogí de hombros y volví a mirar a Louis.

—Estoy bien, Louis —mentí —. Te prometo que no me voy a desconcertar — entornó los ojos y luego suspiró. Me dió una palmada en el hombro.

—De acuerdo, muchacho. No te metas en problemas, necesito que estés lo más lejos posible de las redes —asentí—. Ahora, anda a ducharte y ve a descansar. Te veo mañana a las seis —volví asentir.

Él y Milo son muy importantes para mi, aunque no se los digo, claro.

Me di una ducha fría, me vestí, después me despedí de todos del edificio y luego salí. Traje mi moto, así que me coloqué el casco y subí.

Stay with me (completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora