⛸Capítulo 14⛸

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Un buen amigo

Aedus

Los Ángeles.

Tenía tiempo sin venir para acá, siempre me ha gustado esta ciudad. Me ayuda a relajarme y a despejar mi puta mente.

Mi avión privado aterrizó, un rato después, estoy llegando a la mansión que compré por calabazas aquí. Siempre he querido vivir en Los Ángeles.

La mansión es muy grande, solo soy yo nada más, pero podré invitar a muchos amigos que tengo aquí. Contraté a un personal que se encarga de cuidarla.

Mis padres se vinieron en su avión privado con Cole, la verdad me dió igual. Ellos también tienen propiedades por aquí, así que no me importa. El evento es hoy, solo duraré dos días aquí. Tengo que seguir con mis negocios allá en Londres, no los puedo descuidar. Bueno, Mike se quedó resolviendo unos asuntos en mi empresa y se lo agradecí.

El evento empieza a las cinco, así que tengo tres horas para alistarme y eso.

Recorrí toda la casa, no la había visto bien. Es preciosa, tal como a mi me gusta. Hablé un rato con un buen amigo mío, Austin Fox. Todo un cantante multimillonario que la verdad, es como otro hermano para mi.

Me metí un buen rato en la piscina para aclarar mis pensamientos.

Le había dicho a Mack que la amaba, bueno..., se lo dije en turco y me alegré que aún no se sepa ese idioma. A la mocosa le encanta aprenderse muchos idiomas.

Se veía tan jodidamente bien con esa pijama dejando ver más de su preciosa piel, admito que la quería poner en cuatro y follarla hasta que me pida que pare. Pero no, ella es la "novia" de mi hermano y es mi "cuñada". Pura mierda.

Ella no me ha hablado.

Cuando me preguntó sobre el internado, me molesté porque no me gusta hablar sobre ese tema. Me hierve la sangre recordar por todo lo que pasé en ese jodido lugar que fue un infierno para mi. A nadie le importó.

Cuando salgo de la piscina, me seco y subo a mi habitación. Es grande y amplia, con una cama tamaño king como a mi me gusta. Tiene un gran balcón con vista a todo el exterior de la casa. Las sábanas son negras finas.

Mi celular vibró y lo tomé de la mesita de noche.

—¿Qué pasó? —pregunté, apenas contesté.

Mike bufó.

—Eres un amargado de mierda —rodé los ojos y caminé hacía el vestidor.

—¿Qué quieres, idiota? —bramé. Mi estilista me mandó lo que me tengo que poner para el evento.

—Solo quería saber cómo llegaste —me miré al espejo unos momentos.

—Llegué bien, Mike. Tengo que alistarme para el evento, ¿cómo van las cosas por allá? —miro el atuendo. Mike suspiró.

—Todo genial, ya hablé con los socios sobre el nuevo mercado —solté un suspiro pesado.

—Me alegra, ¿en dónde estás? —pregunto.

Stay with me (completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora