⛸Capítulo 26⛸

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Rompiendo una regla

Aviso: contenido 🔞
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Aedus

—Cuida tu boca, amor —susurré con la voz ronca y el cuerpo tensado. Ella sonrió.

—Te estoy diciendo la verdad —rodeó mi cuello con sus brazos y me permito tragar saliva varias veces. Acercó sus labios a mi oreja —. Rompe esa regla, don antipático. Follame como me lo prometiste —apreté sus nalgas y ella jadeó.

Me miró llena de deseo.

—Estás jugando con fuego, amor —admití y lamió sus labios.

—Me encanta jugar con fuego, Aedus —eso fue todo.

Estampo mis labios con los de ella y gimió en ellos recibiéndolos, ansiosa. Introduje mi lengua y gruño cuando muerde mis labios tan bien que me vuelve loco. Sus manos bajaron y me quitó mi chaqueta, la tiró al suelo sin dejar de besarme. Tomé sus labios con mis dientes y gruñó, sus manos descendieron por mi camisa negra. Levanté mis brazos hacía el aire y ella me la quitó por completo, se separó un poco comiéndome con la mirada. Se mordió el labio, la volví a besar desesperado. Sus manos bajaron a mis abdominales y los tocó, me estremecí por su tacto.

Subí su vestido por su cintura y ella se alzó un poco hacía arriba sin dejar de besarnos como unos locos. Sus labios conectan con los míos de una manera tan perfecta, este beso es lleno de deseo, lujuria y también lleno de pasión. Lo que hemos aguantado tanto tiempo, por fin se cumplirá.

Le arranqué sus bragas blancas de un tirón y ella chilló.

—¡Aedus! —sonreí con malicia.

Toqué su coño y maldije sintiendo lo húmeda que está. Me vuelve loco.

—¿Estás mojada por mi, amor? —le pregunté entre besos. Hago círculos en su coño, ella se arqueó y blanqueó los ojos.

—Si... —volví a sonreír.

Subí más su vestido, alzó los brazos y se lo quité. La vuelvo a besar entregándole cada parte de mi que le pertenece. Toqué su espalda con suavidad y se estremeció jadeando, su piel se erizó por completo, mi polla crece más que está empezando a molestarme.

Quito su sostén que hace juego con las bragas que he roto y lo tiré al suelo.

Mack quedó expuesta ante mi.

Toda una diosa.

—Pídemelo —ordené volviendo hacer círculos en su clítoris. Besé su cuello —. Pídeme que te folle como un animal, amor —hago más rápidos mis movimientos, gruñendo.

—Ah.

—Pídemelo, amor —volví a repetir. Se mordió el labio inferior y me miró, su mirada está llena deseo y me encanta.

—Follame, Aedus. Hazme tuya las veces que quieras —maldije.

—No sabes lo que acabas de pedir, amor —dije con la voz oscura —. Levántate y quítate las botas —le ordeno y dejé de hacer mis movimientos, me miró frustrada. Sonreí —. Hazlo, Mack —se levantó, torpemente, me gusta que no se sienta avergonzada de dejarme ver su jodido cuerpo desnudo esculpido por las diosas.

Se quitó las botas y las medias, mirándome confundida. Me levanté y ella miró mi polla a través de los pantalones bien erecta por su jodida culpa.

—Aedus...

—Inclínate y sujétate del sofá, amor —pedí con seriedad, ella tragó saliva con fuerza. Lo hizo, me dió la espalda, se inclinó y se sujetó del sofá. Lamí mis labios mirándole su culo totalmente pálido. Me coloqué detrás de ella —. Abre las piernas para mi, amor —lo hizo sin titubear. Gruñí.

Stay with me (completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora