NetherMost

No hero

Toda su niñez había odiado los hospitales. El olor a esperanza y decepción mezclado en el ambiente le causaba incomodidad.

Estaba sentado en un pequeño sillón de cuero que se encontraba en la habitación. Sus demás hermanos le acaparaban la vista por querer abrazar a su padre. Irma observaba la situación de pie junto a Cole; no parecía conmocionada, ni feliz, ni triste, se veía serena.

- ¿No es nada complicado? -murmuró inclinándose hacia su madre.

-Quemaduras, nada que lo haya puesto en peligro de muerte. Mañana le dan de alta, pero lo mandaron a descansar porque le dijeron que su problema mayor era la presión. -Irma apretó a Cole por el hombro-. Llamaron del colegio.

- ¿Ah, sí? -sintió la sangre helársele-. Confío en que recalcaron lo buen estudiante que soy.

Sus padres ya le habían advertido que si lo expulsaban una vez más lo dejarían en la calle. Sonaba exagerado, pero cualquiera se cansaría de ver a alguien fracasar tantas veces. Cole sabía que él tenía la culpa de cada expulsión; solo que esta vez, ni siquiera había dado motivos.

-No, en realidad, Cole. -Irma levantó el rostro de su hijo con ayuda de una mano firme-. Tus notas nunca fueron buenas, jamás, lo sabes tú, lo sé yo, no hay quién no lo sepa. Por eso no me llamaron, me llamaron porque, extrañamente, fuiste el puntaje más alto en aquél examen de física; las autoridades no creen que todo eso haya salido de tu cabeza, además el profesor alegó que te encontrabas inquieto aquél día. -Irma entrecerró los ojos-. Me vas a decir la verdad en este momento. Sabes muy bien que ahí toleran tus notas porque ni siquiera es pagado, pero no van a tolerar una desfachatez como la de copiar.

- ¿Es que acaso uno no puede superarse sin que lo acusen de copión? -Cole se zafó del agarre de su madre-. Te dije que estuve en lo de Fred. Me acusas a mí de deshonrado, y a él de alcahuete.

-Vas a tener que repetir el examen, dependiendo del puntaje se decidirá si te quedas o no, así que te aconsejo que si aquello fue una farsa, empieces a estudiar.

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Cole leía una y otra vez la misma línea sin que el contenido lograra quedarse en su cabeza. Se golpeteó la frente con el libro; ¿por qué nunca podía estudiar? Estaba jodido si no sacaba una buena nota. Esto, pensó Cole negando continuamente, es algo que un superhéroe no debe de hacer. Los de las películas siempre eran alguien importante, no tenían que estudiar nada, y ahí estaba él, sufriendo la típica histeria adolescente.

Podía utilizar el mismo poder que había utilizado en Michael, en el profesor para que le responda todas las preguntas y sacarse un diez, pero Cole sentía que eso no era justo. Eso tampoco era algo que un héroe haría.

Enfadado consigo mismo, se sentó en la cama y abrió los tres libros de física delante de él. Estiró el brazo gesticulando que cerraba la puerta de la habitación, controlando con su mente que ésta en realidad se bloqueara. Giró la perilla colocando el seguro para que nadie lo interrumpiese, y con una vaga mirada encendió los parlantes que tenía conectados a su iPod dando paso libre y máximo volumen a One Republic con Everybody loves me. Había practicado la tarde entera con sus poderes, incluso había tomado nota de lo que producía cada uno en él, de modo que se acostumbraba a cualquier efecto. Se había percatado de que así como podía amplificar sus sentidos, podía disminuirlos hasta llegar a sentir la pérdida de estos. En aquél momento Cole, maximizó su visión y la dividió en tres bloques, de modo que leía con atención los tres libros al mismo tiempo y con mayor rapidez; sobrehumana. Eso tenía que funcionarle.

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Cole tomó la bebida energética de manera apresurada. Se había levantado tarde, pero le funcionaba tele transportarse. Se peinó el rubio cabello hacia atrás con los dedos, tenía unas ojeras que pasaban de tono azul a morado por debajo de los ojos, su aspecto decía lo contrario a la forma en la que sentía. Golpeó sus manos juntas dejándose llevar a la corriente de ondas ya familiares.