Side to side

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Cole no había cerrado los ojos en horas, la temperatura de la habitación había descendido así que Nix se encontraba debajo de dos cobijas, mientras él yacía de espaldas, con nada más para arroparlo que sus pensamientos, y claro, su ropa. Ella permanecía inmóvil, tan quieta que le resultaba incómodo al rubio tener que moverse solo para respirar. Había cierta quietud en la situación que hacía que su corazón palpitara redoblante.

—Cole, ¿estás dormido? —farfulló Nix desde su cueva.

Dudó en responderle, lo había tomado por sorpresa.

—No, hace rato que me he quedado dormido como una piedra. —ironizó para agregarle humor al ambiente.

Nix asomó el rostro hasta un poco por debajo de la nariz, entrecerró los ojos, y volvió a esconderse.

—Estoy aburrida.

—Juguemos algo —propuso Cole con la mirada fija en el foco apagado de la losa.

— ¿Cómo qué?

—Palabras combinadas, ¿lo has jugado? Se trata de que con la sílaba final comienzas una palabra, ¿me explico? Si yo digo 'carro', tú dirías 'romero' y así hasta que uno pierda. Tiene que ser rápido, ese es el punto. —Cole observó las sábanas que tapaban a Nix—. ¿Comienzo yo?

Vio las cobijas moverse en asentimiento.

—Aguacate.

—Telurio.

Cole frunció el ceño. ¿Telurio?

—Río.

—No se vale, sigue siendo la misma sílaba.

—Empecemos otra vez, ¿sí? —Cole pensó alguna palabra interesante—. Usurpar.

—Paranínfico.

Cole arrugó el entrecejo una vez más.

—Comer.

—Mercerizar.

—Zarpar.

—Parafernalia.

El rubio separó la palabra en sílabas. Lia, que empiece con lia.

—Liana.

—Nastuerzo.

— ¿Puedes decir cosas normales que sean en español?

—Pierdes. —Nix bufó—. Este juego es demasiado fácil.

—Cuando lo jugaba con mis hermanas ellas procuraban no utilizar lenguas extrañas para que fuese fácil.

—Es español, no es mi culpa que no lo entiendas, además, ¿y qué hay de divertido en un juego fácil de ganar?

—Juguemos entonces a—

—Si todos los juegos que te sabes te los enseñaron tus hermanas, mejor no, no me gustan esos juegos. —Nix se sentó de repente—. ¿Qué tal si jugamos a las peleas? Solía jugar eso con Nicholas.

—No me gustaría jugar a las peleas contigo. —Cole la miró con recelo. Tenía dos razones para hacerlo; una, antes ella lo había envenenado con una flor en una pelea, y dos, había insultado a los juegos de niñas—. Igual que te puedo ganar con mis poderes.

—No seas tan Cole. No vamos a jugar involucrando nuestros poderes. —Nix cerró las manos en puños, lo miró desafiante—. Veamos que tan bien puedes defenderte cuando tus poderes no te protegen la espalda.

—Soy hombre, deberías tener miedo. —Cole se cruzó de brazos—. No pretendo pegarle a una señorita.

—Pfff, eso no te ha detenido nunca. —Nix se incorporó—. Te advierto que todas las artes marciales con las que me vayas a amenazar diciendo que las sabes, yo también las sé y mejor.

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