Promise

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Ocupó el asiento vacío en la parte trasera del automóvil junto a Mya y Nix, el silencio era abrumador e incómodo para los presentes, Tatiana tuvo la iniciativa de encender la radio para sintonizar alguna estación ruidosa y al mismo tiempo ponerle fin a aquella situación.

— ¿Ya te explicaron el plan? —murmuró Mya para que solo Cole escuchase.

—No del todo, sé que llegaremos al laboratorio que nos dijiste, eso y fin.

—Dos de nosotros liberaremos a las personas que no hayan sido intervenidas mientras los otros tres tratarán de encontrar al Dr. Miller, él de seguro sabe la ubicación de ese botón universal, haremos que confiese.

—Es un plan terrible, ¿quién lo ideó? —se quejó Nix, al parecer Mya no había susurrado lo suficiente— Si liberamos a las personas que estarán en el laboratorio, los que se encarguen de proteger el lugar donde se encuentre aquél botón se van a poner alertas y todo se complicará. El Dr. Miller no nos dirá las cosas con facilidad, tenemos que amenazarlo con algo que le importe, para que suelte la ubicación, y no podemos dejarlo vivo porque iría corriendo a vomitarle todo a Limburgo.

—No vamos a asesinar a nadie, Nix. —Cole se inclinó en su asiento para poder observarla.

—No estoy consultándolo, si la situación lo precisa no me voy a detener a preguntarte cómo te sientes para proseguir.

—Estamos hablando de la vida de otras personas, si nos van a importar tan poco como lo estás planteando es mejor que dejemos todo y empecemos a trabajar para Limburgo, ¿no te parece? —Cole trató de robarle una mirada a Nix, pero esta lo esquivaba.

—Entonces nos llevamos al Dr. Miller con nosotros, porque tener piedad de él no va a evitar que él le cuente todo a Limburgo. —Nix sacó de su bolsillo un pequeño aparato electrónico parecido a un celular—. Puede que ese doctor nos sea útil a la final, esa ubicación la vamos a necesitar exacta para mis hombres.

— ¿Tienes escondido un ejército bajo la manga? —bromeó Tati desde el asiento del acompañante.

—No a un ejército en sus mejores condiciones, pero podríamos decir que sí.

— ¿Cuántos hombres? —curioseó Mya.

—Já —Nix bañó sus palabras con desconfianza— ¿Te parezco tan estúpida como para decírtelo?

—Era solo una pregunta, no tenías porqué reaccionar de esa forma...

—Te encanta el plan de víctima.

—Se supone que somos un equipo. —objetó Mya cruzándose de brazos.

—No, tú eres nuestra rehén, no dejes que el hecho de Cole besuqueándose contigo te confunda.

—Uy —Mya rió como una chiquilla—, nena, deberías empezar a ir a terapia, los celos son venenosos.

—Lo que digas, marioneta parlante, si te hace feliz, síguelo diciendo hasta creértelo. —Nix imitó la risa infantil de Mya de la manera más burlona posible.

Cole no estaba seguro si de lanzarse por la ventana o abrir la tierra con sus poderes para que esta se lo tragase, una de las opciones involucraría a Nix y si él hacía que el suelo se lo tragara, Nix haría que lo vomite así que empezaba a hacerse serios cuestionamientos sobre el lanzamiento por la ventana.

Su celular vibró en el bolsillo de su pantalón, Cole lo sacó para poder revisar el mensaje que le había llegado; era Tatiana, había unos diez emoticones con la cara roja por completo y solo una línea de texto.

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⏰ Última actualización: Oct 03, 2016 ⏰

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