Te juro que no vi (STEVEN)

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Prólogo: Llegas de vuelta de una misión y cuando Steven te va a ver se encuentra con la sorpresa que estás desnuda, la cosa es que nunca antes te había visto así.

Marianito161
Advertencia: La rayis es una ex Widow, pequeñas descripciones de heridas, Steven siendo Steven.

Steven acababa de salir del museo e iba emocionado porque por fin iba a poder verte después de estar una semana separados.

Una amiga tuya ex Widow del Red Room te había pedido ayuda con una misión, por lo que accediste sin pensarlo dos veces, mientras que Steven esperaba paciente a que regresaras.

Aquella mañana había recibido un mensaje de que habías llegado a Londres y que estarías en tu departamento, sin embargo no había podido verlo hasta la tarde casi a su hora de salida ya que ese día fue mucha gente al museo hasta el punto en que incluso Donna tuvo que trabajar en la tienda junto a él.

Sin embargo al ver tu mensaje, su rostro se iluminó y todo el cansancio del día se había desvanecido.

Si bien no llevaban juntos más que solo cinco meses, para Steven eras el sol, la luna y las estrellas todas juntas, y estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por ti.

A penas salió del museo fue corriendo a tu lugar de comida favorito y compró tus platos favoritos más unos postres, luego compró unas flores y chocolates, y de camino en el autobús a tu edificio iba con ambas manos en las rodillas golpeándolas con suavidad al ritmo de la música en sus audífonos con bloqueo de sonido.

Una vez llegó, tomó todas las bolsas y las flores y entró en el edificio con las llaves que le diste, y luego subió hasta llegar a tu puerta.

–¡Querida! ¡Llegué! ¡Ya estoy en casa!–Anunció su llegada con una gran sonrisa asomando su cabeza por la puerta antes de entrar por completo y cerrar tras de sí.

Dejó las bolsas en el mesón de la cocina junto con su bolso y las llaves quedándose con el ramo de flores en la mano.

¡En la habitación!–Le llamaste desde el final del pasillo.

Steven inhaló profundamente sintiéndose emocionado, y caminó con sus manos cerca de su corazón con las flores en ellas.

–Holaaa.–Saludó con una gran sonrisa entrando en el cuarto, sin embargo soltó un grito al ver que estabas desnuda sentada en la cama y tratando de ponerte tus calzones.–¡PERDÓNAME QUERIDA TE JURO QUE NO VI NADA!

Steven se cubrió el rostro con las flores y se dio la vuelta, mientras tú le quedaste viendo con una pequeña sonrisita y ambas cejas alzadas.

En el tiempo que llevaban juntos, ninguno de los dos se habían visto desnudos. Sabías que Steven nunca antes había hecho nada con nadie por lo que seguía siendo virgen, así que tu le dijiste que cuando se sintiera listo entonces tu también lo estabas.

–Steven...–Le dijiste con suavidad.

–Querida enserio, te juro, te prometo por todos los dioses de la Enéada que no vi nada. Te lo prometo. Perdóname, no quería incomodarte ni—

–No importa si viste algo, de todas formas lo vas a hacer ahora.–Le dijiste riendo ligeramente.

–¿Q-qué...? ¿A-a qué te refieres?

–Acabo de salir de la ducha y no puedo vestirme. La misión no salió como esperábamos y pues... bueno, puede ser que me hayan dado uno o dos golpes.–Le dijiste con una pequeña risita.

Steven frunció el ceño y se dio vuelta lentamente viendo por encima del ramo poco a poco.

–¿Estás segura de que te puedo ver?–Te preguntó viendo solo tu rostro al cubrir lo demás con las flores desde su perspectiva.

–Sí... está bien, tranquilo.–Le dijiste con una sonrisa.

Steven tragó saliva y bajó las flores con las mejillas sonrojadas y se te quedó viendo fijamente a la cara antes de fruncier el ceño al ver cómo estabas.

Tenías el labio roto, el pómulo izquierdo morado y con restos de sangre, y uno que otro gran moretón en el cuerpo.

–¡Santio dios! ¡¿Querida qué te pasó?!–Exclamó sentándose a tu lado y tomando tú rostro con ambas manos para examinarlo dejando las flores a un lado.

–Me trajiste flores...–Le dijiste con una sonrisa viendo el ramo en la cama.

–A-ah, si... pero querida mírate... ¿te duele?

–Nah... no es para tanto, solo que necesito ayuda para vestirme.–Le dijiste con una pequeña sonrisa.

En ese momento Steven volvió a recordar que estabas desnuda y abrió los ojos ante la sorpresa poniéndose de pie.

–¡O-oh claro! Si. Vestirte. Con ropa. Claro. Si. Eh... ¿donde está tu ropa?–Te preguntó dando vueltas en su lugar de un lado a otro viendo alrededor de la habitación.

Reíste ligeramente y le entregaste tu calzón, y Steven se sonrojó profundamente tomándolos con las manos temblorosas y arrodillándose ante ti.

–O-okey... permiso...–Te dijo subiendo tu ropa interior poco a poco.

Te apoyaste en sus hombros para ponerte de pie y Steven acomodó tu calzón y se quedó viendo por un momento algunas cicatrices en tu cuerpo, especialmente en donde se suponía que debía estar tu útero un poco más abajo en tu abdomen.

Por supuesto le habías contado acerca de lo que Dreykov mandaba a hacerles a las Widows, y no pudo resistirse a pasar su mano con mucha delicadeza y dejar un beso en la cicatriz.

Una pequeña sonrisa se formó en tu rostro y Steven se puso de pie para tomar tu playera holgada.

–Brazos arriba.–Te dijo antes de ayudar a ponerte la ropa.

Soltaste un pequeño quejido al levantar los brazos y una vez ya la tuviste puesta, soltaste un suspiro de alivio.

–Gracias...–Le dijiste con una sonrisa.–Y lamento hacerte pasar por esto así como así...

–No te preocupes, ¿cómo te sientes? ¿Puedo traerte algo? Compré comida en tu lugar favorito, y-y también unos postres, ¿te traigo en un plato? ¿O tal vez mejor un té?–Te preguntó jugando nervioso con sus manos.

–Más tarde... ahora solo quédate conmigo.–Le dijiste envolviendo tus brazos alrededor de su cintura, y Steven te abrazó de vuelta.–Te extrañé mucho...

–Yo también te extrañé, mon amour.–Te dijo con suavidad al oído acariciando tú cabello y espalda con cuidado.

Te alejaste un poco y besaste sus labios con suavidad y Steven sonrió contra tu boca.

–Gracias por las flores, y la comida, y por ayudarme.

–Cuando quieras...–Respondió viéndote embobado.

–Quédate a dormir conmigo.–Le dijiste dejando besos en su barbilla.

–O-okey, si...

Reíste ligeramente mientras Steven seguía viéndote con una sonrisa y besaste sus labios antes de tomar su mano para guiarlo a la cama dejando las flores a una lado y así los dos recostarse en ella.

Moon Knight IVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora