Moon Knight IV

Cosas nuevas (STEVEN)

Prólogo: Steven no está acostumbrado a tener a alguien que realmente lo quiera, pero ahí estás tú para cambiar eso.

Steven y tu llevaban saliendo poco más de dos meses, por lo que aún habían cosas a las que no estaba acostumbrado.

Por ejemplo, no estaba acostumbrado a despertar todos los días con un mensaje de buenos días, o irse a dormir con un mensaje de buenas noches. No estaba acostumbrado a que alguien se preocupara tanto por él, o que le escuchara hablar por horas y horas de su pasión por Egipto sin distraerse y realmente prestando atención.

Todas esas cosas eran algo nuevo para él, sin embargo le hacían sentir feliz.

Desde que tú habías llegado a su vida dos años atrás era más feliz.

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Steven ahora que era guía turístico del museo, su horario de salida todos los días era a las 18:30 pm lo cual era un alivio para él no tener que quedarse a hacer inventario ni oír los gritos de Donna todo el día.

–¡Nos vemos! ¡Hasta el martes!–Se despidió Steven de sus colegas en la sala de descanso.

Caminó por el pasillo con una gran sonrisa dibujada en el rostro sabiendo que ese día se verían para tener una cita, sujetando su bolso en su hombro con ambas manos.

Salió por las grandes puertas del museo y fue en ese momento que te vio al final de las escaleras y pudo jurar que su corazón se detuvo por unos segundos.

Se notaba que habías salido hace poco del trabajo y que estabas cansada, sin embargo llevabas contigo un pequeño ramo con no más de tres flores de sus favoritas en las manos y una caja en forma de corazón con chocolates.

Cuando lo viste, una gran sonrisa se formó en tu rostro y alzaste la mano sujetando con la otra las dos cosas y le saludaste, y Steven sacudió un poco la cabeza saliendo de su trance saludándote de vuelta.

Bajó tan rápido como pudo las escaleras y se te acercó de inmediato sin poder dejar de sonreír y sintiendo su corazón latir con fuerza en su pecho.

–¡Querida! ¡Qué sorpresa!–Dijo una vez llegó a donde estabas tú.

–Esa era la idea, sorprenderte. Y mira, te traje un pequeño regalo.–Le dijiste con una sonrisa extendiendo las flores y chocolates hacia él.

–¿Pequeño? ¡Querida esto es increíble! Nunca antes me habían regalado flores...–Dijo con una sonrisa tímida y las mejillas sonrojadas tomando las cosas de tus manos.

–Bueno pues entonces vete acostumbrando porque éstas podrán ser las primeras, pero ni creas que serán las últimas.–Le dijiste dejando tus manos en sus caderas y viéndole sin dejar de sonreír.

–Eres perfecta...–Murmuró embobado viéndote con una sonrisita acorde a su voz.

–Tú también lo eres, Steven Grant.–Le dijiste antes de besar sus labios con ternura.–¿Vamos a tu departamento y ordenamos algo? Yo invito la cena.

–Me parece bien, yo invito el postre.–Te dijo ofreciéndote su brazo para caminar contigo camino a su hogar.

–Preferiría tenerte a ti de postre.–Le dijiste con una sonrisita haciendo que se sonrojara.

–¡T/N!–Exclamó apenado haciéndote reír mientras los dos caminaban lado a lado.

Habían muchas cosas a las que Steven no estaba acostumbrado, pero si eran contigo entonces estaba feliz de ir descubriendo cada una de ellas, y viviéndolas todos los días.