Piedras (JAKE)

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Prólogo: Jake no entiende por qué les das piedras a Steven y Marc, hasta que le das una a él y ellos le explican lo que significan para ti.

Para Jake eras un misterio, realmente no podía llegar a entenderte, aunque tampoco es como que pasara mucho tiempo en control para llegar a hacer un esfuerzo en ello.

Eras la novia de Marc y Steven, no suya, por lo que no debía entenderte.

Aunque eso no quitaba el hecho de que le causaras curiosidad.

Siempre veía que con Steven y Marc eras muy cariñosa y les dabas obsequios ya fueran hechos por ti o cosas que les comprabas solo porque pensabas que les podían gustar.

Sin embargo lo que más curiosidad le causaba, es que muchas veces llegabas con pequeñas rocas y se las dabas.

No entendía qué tenían de especial las rocas, pero a los chicos parecían gustarles y las guardaban cada uno en un lugar especial. De hecho, una vez Jake encontró una caja en el closet con rocas y las iba a tirar, pero Marc casi quema todas sus boinas por eso, así que desde ese momento Jake hizo una nota mental que si veía una roca en el departamento, jamás debía tocarla.

Y si eso le confundía, ahora estaba aún más confundido y perdido que antes.

Aquel día cuando saliste del baño después de tu ducha y le viste en la cocina, te emocionaste y te acercaste a él lentamente y le entregaste una piedra con las mejillas sonrojadas antes de irte a trabajar.

Jake frunció el ceño y se quedó con la piedra en la mano sin poder decir nada ya que te fuiste demasiado rápido como para siquiera asimilar lo ocurrido.

(.....)

¿Jake estás bien?–Le preguntó Steven desde el reflejo de un espejo junto a la sala de estar.

Jake estaba sentado frente a la televisión supuestamente viendo un partido de fútbol americano, sin embargo no podía quitarle la vista a la piedra en su mano frente a él.

La dama me dio una piedra en la mañana. ¿Qué vergas se supone que haga yo con una piedra?–Dijo sin apartar la vista de ella.

Una sonrisa se formó en el rostro de Steven y Marc solo rodó los ojos cruzados de brazos antes de dejar sus manos en sus caderas.

Es un regalo, idiota. Es su lenguaje del amor por decirlo de alguna forma, con esa piedra te está diciendo lo importante que eres para ella y lo mucho que—

Y lo mucho que te ama. Jake, eres importante para T/N, ella no le da piedras a cualquiera.

Jake frunció el ceño y se volteó hacia el espejo para verles, y luego apagó la televisión y se apresuró para ir al perchero donde se puso su chaqueta, guantes y boina, y luego tomó las llaves de su taxi además de un paraguas para salir dejando la piedra en su bolsillo.

(.....)

Cuando saliste del trabajo, viste a Jake junto a su taxi fumando un cigarro y con el paraguas sobre su cabeza al estar lloviendo.

Al momento en que te vio, tiró el cigarro al suelo y lo pisó antes de caminar hacia tu y subió las escaleras para llegar a donde estabas.

–J-jake... ah... eh... hola... no... n-no esperaba verte... aquí... esperándome... nunca.–Reíste nerviosa viendo hacia cualquier lugar menos a él.

Jake jamás había ido a recogerte al trabajo, ni a la tienda, ni a ningún lugar nunca. Realmente siempre guardaba MUCHA distancia contigo, pero aún así aprendiste a quererlo a pesar de que no pasaban mucho (por no decir nada) tiempo juntos.

... bueno... es que está lloviendo muy fuerte y no la vi llevar paraguas.–Dijo aclarando su garganta y sacando algo de su bolsillo.–Y bueno, cuando llegué vi ésta piedra y pensé en uste'.

Jake te entregó una piedra distinta a la que le diste tu, algo incómodo y aclaró su garganta guardando su mano en el bolsillo una vez tomaste la piedra de su mano con una gran sonrisa.

Está un poco húmeda todavía, pero traté de secarla un poco.–Dijo apartando la vista hacia otro lado.

Realmente se sentía estúpido por darte una insignificante piedra que probablemente olvidarías en menos de un minut—

–¡Entonces si te gustó mi piedra!–Le dijiste con una gran sonrisa emocionada dando pequeños saltos en tu lugar.

Puede ser. De todos modos, tampoco es como si nunca haya visto una piedra antes.–Se encogió de hombros evitando verte para que no descubrieras sus mejillas sonrojadas.–¿Nos podemos ir ahora? Me estoy perdiendo mi partido.

Soltaste una pequeña risita y seguiste a Jake hasta su taxi donde te abrió la puerta antes de ir hacia la suya y comenzar a conducir.

Moon Knight IVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora