Quédate aquí (SANTIAGO)*

1.2K 95 59
                                    

Prólogo: Santi y tu se conocen cuando investiga una red de narcotrafico y tiempo después debe asegurarse de que estés segura.

LaPololaDeZemo
Advertencia: Sexo vaginal con protección, fingering (masturbación femenina), marcas, apodos, un poco de cockwarming (básicamente consiste en dejar el miembro adentro sin seguir, o tener relaciones sexuales).

Santi y tu se conocieron debido a que él fue enviado a una misión para investigar una red de narcotrafico en la cual estabas involucrada vendiendo droga, sin embargo al momento de verte pudo notar que no era algo que realmente querías.

Así empezó a tratar de ganarse tu confianza hasta que le contaste que te tenían amenazada.

Santi hizo hasta lo imposible para sacarte de ahí y te dio una nueva identidad y una casa provisoria de refugio donde pudieras esconderte en la misma ciudad que vivía él, además de así también poder mantenerse atento a ti.

De vez en cuando iba a visitarte o se veían, sin embargo las cosas se empezaron a mezclar y nuevos sentimientos comenzaron a surgir entre los dos.

Así es como terminaronen aquella situación que se encontraban.

Santi había ido a verte como siempre, sin embargo una cosa llevó a la otra y ahora él estaba encima tuyo besando tu cuello desesperado, los dos solo en su ropa interior solo que tu brasier ya había sido descartado y arrojado por ahí en tu habitación.

–S-santi...–Gemiste en su oído jalando de sus rizos con algunas canas que siempre te habían parecido atractivas.

–Aquí estoy bonita...–Te dijo dejando besos por tu mandíbula hasta llegar a tu boca.

Soltaste un gemido teniendo tus piernas alrededor de su cintura y manteniéndolo abajo refregando tu parte baja en su gran y dura erección.

–Te necesito. Ahora.–Le dijiste agitada alejando su rostro del tuyo jalando de su cabello.

–Yo también.–Te dijo con una sonrisa besando una vez más tus labios antes de levantarse.

Se bajó de la cama donde fue hacia sus pantalones y sacó un paquete de condón antes de quitarse su bóxer, y tú haciendo lo mismo con tus bragas.

Volvió a subirse en la cama abriendo el paquete para sacar el condón mientras tenías las piernas abiertas y él mordió su labio inferior observándote ante él.

–Enserio eres muy hermosa.–Dijo tomando ambas de tus piernas y alineando su punta con tu entrada.

Comenzó a empujar poco a poco haciéndote soltar un fuerte gemido apoyando sus antebrazos a cada lado de tu cabeza y tu enterrabas tus uñas en sus brazos.

–Mierda, Santiago.–Dijiste con los dientes apretados.

–Hace mucho que quería hacer esto, pero no sabía si tu también lo querías.–Te dijo con la respiración agitada envolviendo sus brazos alrededor tuyo.–Verga... estás tan... apretada...

–Por favor empieza a moverte.–Le dijiste envolviendo tus piernas en su cintura y tus brazos alrededor de su cuello.

–A la orden, madame.–Dijo con una sonrisa besando tu mejilla antes de apoyar sus manos a cada lado de tu cabeza.

Salió casi por completo de ti antes de embestirte con fuerza haciendo que la cama chocara contra la pared.

Arqueaste la espalda soltando un fuerte gemido y Santi se arrodilló aprovechando la suavidad del colchón para sus rodillas, y sujetó ambas de tus piernas en sus hombros comenzando a embestirte con fiereza.

–Ah... mierda...–Gimió dejando caer la cabeza hacia atrás antes de besar tu pierna.

Llevó una mano a tu mandíbula para apretarla y metió su dedo índice y de en medio en tu boca haciéndote gemir alrededor de ellos y comenzar a succionar.

Se inclinó hacia adelante dejando tus piernas alrededor de su pecho y sujetándose con su otra mano en la cama sin dejar de embestirte sintiendo su miembro retorcerse dentro de ti.

–Preciosa necesito que te corras para mi, ¿si? ¿Vas a ser una buena niña y te vas a correr en toda mi verga? ¿Eh? En la verga de tu papi.–Te dijo totalmente agitado.

Tu solo asentiste con la cabeza y gimiendo en su mano sintiendo lágrimas de placer correr por tus mejillas, provocando que soltara un pequeño gruñido acelerando sus movimientos al verte.

Llevaste una mano entre sus cuerpos y comenzaste a masajear tu clítoris soltando un fuerte gemido antes de correrte alrededor suyo.

Te abrazaste a él arañando su espalda mientras que Santi no dejaba de moverse con sus embestidas algo más desordenadas y torpes, y pronto se corrió llenando el condón.

Sus manos las llevó para apretar tus piernas tratando de llegar lo más profundo posible, y luego se quedó quieto hasta botar la última gota dentro del condón.

Ambos respiraban agitados y Santi se recostó encima de ti con mucho cuidado de no aplastarte por completo sintiendo sus piernas temblar por forzar tanto sus rodillas.

Tus manos las llevaste hacia sus rizos para acariciar su cabeza, y Santi soltó un suspiro de satisfacción dejando un beso en tu cuello.

–¿Estás bien?–Te preguntó recostándose a tu lado dejando tu pierna sobre la suya y sin salir de dentro tuyo.

–Mejor que nunca... ¿tu?–Le preguntaste acariciando sus mejillas.–¿Cómo están tus rodillas?

–Bien... siempre estoy bien cuando estoy contigo.–Te dijo con una sonrisa acariciando con su otra mano tu barbilla.

Una gran sonrisa se formó en tu rostro y Santi sonrió al ver que era él quien provocaba eso en ti.

–Tengo que irme, pero no quiero.–Te dijo bajando su mano de tu barbilla para acariciar tu brazo y observándote con ternura.

–No lo hagas... quédate aquí por hoy.–Le dijiste con suavidad acercándote aún más a él.

Santi sonrió y besó tu nariz antes de abrazarte dejando besos en tu cabeza.

Le abrazaste de vuelta soltando un suspiro de felicidad, mientras que él acariciaba tu espalda.

–Quizás sea mejor que primero tire el condón a la basura y nos limpiemos si nos vamos a quedar así.–Te dijo jugando con tu cabello.

–Probablmente sea lo mejor.–Reíste con ligereza mientras él se alejaba de ti.

Te dejó un beso en los labios antes de levantarse e ir al baño mientras tu te quedabas sentada en la cama con una gran sonrisa, para luego levantarte e ir al baño también.

Moon Knight IVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora