La rubia teñida (STEVEN)

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Prólogo: Te cansas de ver a Donna maltratar a Steven y dejas que tus pensamientos que no deberías tener tomen control de la situación.

Marianito161
Advertencia: Un poco de violencia >:)

Era una noche tranquila, de verdad que lo era.

Habías invitado a Steven a una cita a un bar que te gustaba donde también servían comida, tocaban música, y en general era un lugar tranquilo a esas horas ya que las cosas se ponían más alocadas pasadas las 00:00, sin embargo ustedes iban a cenar y se iban.

Habías tenido un buen día, tuviste un ascenso en el trabajo, Steven estaba feliz por su nuevo trabajo como guía turístico y por eso estaban celebrando, y en general las cosas iban bien.

Hasta que llegó ELLA.

–¡Ah! ¡Pero miren nada más! Parece que te veo más ahora que no trabajas para mi que antes, Stevie.–Dijo Donna riendo ligeramente y algo ebria también.

Inmediatamente inhalaste profundamente apretando el cuchillo y tenedor en tu mano estando frente a Steven en la mesa.

–Oh... hola Donna...–Le saludó él con una pequeña sonrisita dejando su mano sobre la tuya para intentar hacerte soltar el cuchillo, sin embargo no podía al tu estar usando mucha fuerza lo cual le preocupaba un poco.

–¿Y qué tu novia no tiene lengua para saludar?–Le preguntó viéndote mal.

–Si, si tiene.–Respondiste viéndola fijamente, y Steven por fin pudo quitarte el cuchillo el cual dejó lejos de ti de forma discreta. Ahora solo faltaba el tenedor.

–Ya veo que si...–Dijo rodando los ojos antes de volver a él.–Debo admitir que jamás pensé que te podrías llegar a convertir en guía turístico, parecía imposible.

–¿Y eso por qué? Siempre le escuchabas hablar de Egipto y sabías muy bien de sus conocimientos.–Le dijiste molesta, mientras que Steven aprovechó la oportunidad de que te cruzaste de brazos y rápidamente alejó el tenedor de ti.

–Ah si, pero era taaan aburrido escucharlo. Hablaba demasiado y me cansaba.–Se quejó rodando los ojos.

–¿Y qué tanto te quejas ahora? Ya no trabaja para ti, ¿en qué te afecta?–Le preguntaste molesta.

–Querida...–Trató de llamar tu atención pero Donna le interrumpió.

–¡Que el museo debería contratar verdaderos guías! No el intento de uno.–Rodó los ojos soltando un suspiro molesta.

–¡Bueno si tanto te molesta para qué lo ves!–Le dijiste poniéndote de pie frente a ella ganándote algunas miradas de las demás personas.

–Q-querida, ¿por qué mejor no nos—. Se acercó a ti posando su mano en tú hombro.

–Eso Stevie, llévate a tu perrita a ladrar a otro lado.–Rio ella de forma burlesca dándose media vuelta.

En ese momento Steven te tomó del brazo para intentar detenerte al verte avanzar hacia ella, sin embargo no logró sujetarte y le jalaste del cabello haciendo soltar un fuerte grito.

–¡¿OYE QUÉ TE PASA LOCA?!–Se quejó mientras le tenías agarrada del cabello y ella intentaba soltarse o golpearte de vuelta, no lo sabías realmente.

–¡No vuelvas a hablarle de esa manera a Steven! ¡¿Escuchaste maldita?!–Le dijiste mientras ella intentaba alejarse.

–¡Querida ya sueltala!–Exclamó Steven alarmado pasando sus brazos alrededor de tu cintura para alejarte mientras otras personas se metían en medio para separarlas.

–¡Ven aquí loca desquiciada!–Te gritó ella tratando de acercarse pero la persona frente a ella no le dejaba.

–¡¿Qué me quieres golpear?! ¡Hágale pues! ¡Ven aquí! ¡A ver si vas a poder conmigo ridícula teñida!–Le dijiste con la respiración agitada mientras Steven llevaba tu bolsa y sus chaqueta y trataba de alejarte.–¡De aquí te veo las raíces!

Steven te arrastró como pudo fuera del lugar pidiendo disculpas y con dificultad al no poder tanto con la fuerza que tratabas de acercarte a Donna.

Cuando finalmente te logró sacar del bar, te alejaste de él alzando ambas manos para mostrarle que no ibas a hacer nada.

–¡Okey! ¡Está bien! ¡Ya me detengo!–Le dijiste dando unos pasos hacia atrás.

–Querida calma, ¿si? Solo trata de respirar.–Te dijo preocupado.

–Estoy bien, ya me calmé, estoy tranquila.–Le dijiste caminando hacia él, y Steven te bloqueó el paso pero solo tomaste tu chaqueta y bolsa empezaste a caminar en dirección a su departamento.

–¡¿Querida por qué hiciste eso?!–Te preguntó alarmado tratando de seguirte el paso y trotando ligeramente mientras que tú caminabas bastante rápido.

–¡¿Cómo que por qué?!–Exclamaste volteándote hacia él provocando que casi chocara contigo y diera un pequeño paso hacia atrás jugando con sus manos y la chaqueta en su brazo dando un diminuto salto.–¡Steven te estaba defendiendo! ¡Llevaba tiempo queriendo partirle su madre a la ridícula teñida esa porque SIEMPRE se la pasa diciéndote estupideces!

–¿E-enserio lo hiciste por mi?–Te preguntó acercando sus manos a su corazón y viéndote con una pequeña sonrisa.

–¡Pues claro que si! ¡Lo haría una y mil veces más si es necesario!–Le dijiste acercándote a él.–Steven no hay nada que no haría por ti.

–Te amo...–Te dijo con una pequeña sonrisa.

Reíste ligeramente y te acercaste para besar sus labios con ternura.

–Perdón por arruinar nuestra cita.–Le dijiste tomando sus manos en las tuyas y así acariciarlas.

–No pidas perdón mon amour, solo vayamos a casa y déjame cocinar algo para ti. Ya sabes... para agradecerte por defenderme.–Te dijo viéndote con una gran sonrisa antes de volver a besarte.

Moon Knight IVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora