Poquito a poco (parte 4)

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ciara_22moon
DowBaStan
Danygamerv

–¿Por qué se tarda tanto?–Murmuró Jake moviendo su pierna ansioso y viendo el reloj en su muñeca por tercera vez en los últimos cinco minutos.

Los dos estaban sentados en un restaurante de Chicago donde almorzarían con Elias.

Jake eligió aquel lugar ya que no quería encontrarse en un espacio cerrado donde pudiera ser difícil escapar, y quería tener más gente alrededor para que si a Elias se le ocurría hacer o decir algo que no le gustara, tuviera testigos de lo ocurrido. Lo cual era absurdo teniendo en cuenta cómo se comportó con sus otros dos hijos, sin embargo Jake insistió y te dijo que confiaras en él.

–Jake calma, Elias no viene tarde, tú fuiste quien insistió en llegar treinta minutos antes.–Le dijiste posando una mano en la suya donde estabas sentada frente a él.

Jake te dirigió una mirada seria y le dio un suave apretón a tu mano, para luego dejar su dedo pulgar haciendo círculos en ella para calmarse.

–¡Ah! ¡Ya están aquí! Lamento si me tardé, ¿llevan esperando mucho tiempo.–Dijo Elias acercándose a su mesa.

–¡Hola! No, no te preocupes, llegamos hace un rato nada más.–Le saludaste dándole un abrazo, mientras Jake le veía serio y se ponía de pie lentamente.

–Jake... e-es realmente un placer tener el honor de finalmente conocerte, a-aunque es probable de que en el pasado ya nos—. Le iba diciendo Elias con una sonrisa jugando con sus manos acercándose a él, pero Jake le interrumpió extendiendo su mano.

Mucho gusto.–Le saludó de forma seria y evitando verle a la cara.

Elias sonrió y estrechó su mano antes de que Jake la alejara y los tres tomaran asiento.

El mesero se les acercó y tomó las órdenes de los tres antes de irse, mientras un silencio no muy agradable comenzó, algo muy distinto a las otras dos ocasiones.

–¿Y Jake? ¿Cómo estás? Steven mencionó que trabajabas en un taxi y de vez en cuando en una limusina.–Le dijo con una sonrisa mientras tú comías viendo la escena después de que trajeran sus platos.

Ah... si.–Respondió sin verle a la cara y en lugar de eso, observaba su plato frente a él mientras comía.

–Debe ser muy interesante, y también debes tener mucha experiencia manejando. Una limusina no debe ser fácil de controlar, es muy grande y debes tener cuidado, ¿no es así?–Rió ligeramente.

Mhm.–Respondió sin verle a la cara.

Le diste una pequeña patada a Jake bajo la mesa provocando que levantara la vista hacia ti, mientras que Elias soltó un pequeño y casi imperceptible suspiro por la nariz.

Jake se te quedó viendo por unos segundos y le hiciste un gesto para que intentara entablar una conversación con Elias.

Steven... Steven dijo que te gusta leer.–Dijo aclarando su garganta y sin levantar la vista de su plato.

–¡Oh si! Me gusta mucho leer acerca de civilizaciones antiguas, sus costumbres, sus vestimentas, rituales, la forma en qué vivían y todo eso. También hay muchos documentales que disfruto, e incluso tengo un amigo al final de la calle con el que de vez en cuando nos juntamos por las tardes a ver estos documentales de los que te digo y a hablar de libros.–Le dijo con una gran sonrisa.

Ah... y... ¿y qué haces en tu tiempo libre?–Le preguntó tomando un sorbo de su cerveza sin alcohol.

–Ya sabes, leer, limpiar, ordenar a pesar de que siempre estoy solo...–Rió ligeramente viendo a Jake, mientras tú observabas en silencio para no interrumpir.–Pero no hablemos de mi, me gustaría saber más de ti, conocerte. Qué es lo que te gusta, lo que no te gusta, lo que haces... recuerdo que Marc mencionó que te gusta dibujar. De hecho me mostró un pequeño bosquejo de T/N que dejaste en su chaqueta la noche que fueron a cenar conmigo, y debo decir que eres muy bueno.

Jake frunció ligeramente el ceño confundido y levantó la vista hacia él por primera vez en todo el tiempo que llevaban ahí.

¿Enserio?

–¡Pues claro que si! Eres muy detallista y perfeccionista, si ese dibujo que hiciste en pocos minutos era hermoso, no puedo ni imaginar lo que llegarías a hacer con más tiempo.–Le dijo con una gran sonrisa.

A-ah... p-pues si, si me gusta dibujar. Generalmente cuando espero en las noches en mi taxi a gente que salga de algún bar y llevarlos suelo hacerlo, tengo un par de cuadernos ya llenos y voy en el quinto.–Le dijo con una diminuta sonrisa, provocando que tu sonrieras al verle hablar.

–¡Eso es increíble! Ojalá yo también pudiera dibujar así de bien, me la pasaría todo el día con un lápiz y hoja en mano. Es una cualidad muy impresionante, y se nota que eres un gran artista, muy detallista y preciso con lo que haces.–Le dijo sin borrar su sonrisa.

(.....)

Jake y tu ya estaban de vuelta en su habitación de hotel después del almuerzo con Elias, que si bien al principio no fue muy buena, luego ambos comenzaron a hablar, lo cual te sorprendió ya que no imaginabas a Jake así.

Cuando saliste del baño después de darte una ducha, Jake estaba recostado en la cama viendo al techo con ambas manos juntas sobre su abdomen.

–¿Todo bien?–Le preguntaste con una sonrisa dejando la toalla con la que te estabas secando el cabello a un lado.

Jake al verte sonrió y se sentó en la cama extendiendo sus brazos hacia ti, dejando su espalda apoyada en la cabecera.

Te acercaste y te sentaste en su regazo provocando que la playera de Marc que llevabas puesta quedara en tu cintura.

Gracias, mi dama.–Murmuró abrazándote y escondiendo su rostro en tu cuello.

–¿Y eso por qué?–Preguntaste algo confundida  frunciendo el ceño con una sonrisa.

Por todo. Por siempre acompañarnos, por estar ahí con nosotros, por amarnos y querernos así, pendejos y rotos como estamos... y por nunca dejarnos.–Te dijo con una voz tan suave que si no supieras que era Jake porque tenía sus manos acariciando la zona sobre tu trasero, pensarías que era Steven.

–Jake... yo siempre voy a estar aquí para ustedes, en las buenas y en las malas.–Le aseguraste alejándote un poco para verle a la cara, dejando tus manos en sus mejillas.

La amo mi dama, muchísimo. La amo tanto que no parece que sea real, es muy bueno para ser verdad.–Dijo con suavidad pasando un mechón de tu cabello tras tu oreja y luego dejó su mano en tú mejilla.

–Suerte para ustedes que es muy real... y yo también los amo, a los tres, con todo mi corazón.–Respondiste con una sonrisa, antes de acercarte y besar sus labios con suavidad acariciando su cuello con ternura.

Moon Knight IVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora