Lo que la gente dice (OSCAR)

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Prólogo: La gente no tiene nada mejor que criticarte en las redes sociales, sin embargo Oscar se encarga de alejar todas esas inseguridades.

ValenDowney
Advertencia: Aquí la rayis es algo insegura y la gente una mierd*.

Oscar estaba en la cocina de tu departamento preparando la cena mientras tu estabas sentada en el sillón viendo tus redes sociales.

Hace unos días atrás habías ido a una alfombra roja con Oscar y Pedro, y era obvio que habían fotos de ustedes en todas partes.

Sin embargo siempre hay gente que le gusta fastidiar la vida de los demás, y eran esas personas que decían cosas acerca de tu cuerpo y que habías ganado algo de peso, cosa que no podías quitar de tu cabeza por más que todos tus fans (y los de Pedro y Oscar también) te defendieran.

–¿Mi vida?–Dijo Oscar provocando que dieras un pequeño salto y levantaras la vista hacia él.–¿Estás bien?

–Si... si, ¿por qué?

–Ah no, no es nada, es solo que te estaba llamando y no respondías.–Te dijo con una sonrisa dejando una botella de vino y dos copas en la mesa.

Mientras tanto, tu solo te le quedaste viendo unos segundos simplemente admirándolo.

Llevaba puesta una playera negra con unos pantalones de pijama, el delantal puesto y su cabello atado en una pequeña coleta al tenerlo algo largo, además de su barba no afeitada de más o menos cuatro días.

Realmente se veía perfecto, y eso te hacía sentir mal.

No mal porque pensaras que algo le pasara ni nada, si no que mal porque creías que te veías horrible a su lado.

En resumen, no te sentías bonita a pesar de que tus fans dijeran que te veías preciosa.

–La cena ya está lista así que te puedes sentar, vengo en un segundo.–Te dijo con una sonrisa volviendo a la cocina.

Bajaste la vista a tu teléfono para ver los comentarios y luego tragaste el nudo en tu garganta.

–La verdad es que no tengo mucha hambre.–Murmuraste poniéndote de pie para ir a tu habitación.

Oscar frunció el ceño confundido y se asomó por la puerta de la cocina para ver que ibas caminando por el pasillo y desaparecías en tu cuarto, y es que le habías estado insistiendo todo el día anterior porque se fuera a quedar contigo y cocinara para ti.

–¿Mi amor segura que estás bien?–Te preguntó asomándose por la puerta después de haberse quitado el delantal y haberlo dejado en la cocina.

–Si, solo que no tengo hambre, es todo. Pero tu ve a comer si quieres.–Le dijiste poniéndote una sudadera holgada que a Pedro se le quedó en tu casa y nunca más la devolviste estando de espaldas hacia él, así como también la mitad de tu closet de ropa para andar por casa que eran de Oscar y Pedro.

–¿Y eso? Creí que querías que cocinara para ti.–Soltó una pequeña risita acercándose a ti, sin embargo se detuvo al ver tu teléfono sobre la cama.

Alcanzó a ver unos comentarios en una foto tuya y frunció el ceño tomando el aparato para leer más de cerca lo que decía.

Te volteaste hacia él y soltaste un suspiro tomando el teléfono de sus manos y apagándolo en el proceso.

–Si sabes que eso no es verdad, ¿cierto?–Te dijo señalando a tu teléfono que lo dejaste en tu mesita de noche.

–¿Cómo estás tan seguro? Si lo dicen es por algo.–Murmuraste apartando la vista y doblando tu ropa sobre la cama.

–Mi amor, la gente no tiene nada mejor que hacer que hablar de nosotros y nuestras vidas.–Dijo mientras se acercaba a ti y tomando tus manos en las suyas.–Tú eres hermosa, eres preciosa, eres maravillosa...

–Pero eso no quita el hecho de que haya comenzado a ganar peso.–Dijiste en voz baja viendo hacia sus manos con los ojos llenos de lágrimas.

–¡Mi vida eso es normal!–Dijo con una sonrisa dejando sus manos en tus brazos provocando que levantaras la vista hacia él.–Es normal ganar peso, yo mismo comencé a hacerlo ahora que estamos juntos porque me encanta comer todas las cosas que preparas para mi. Eso solo significa que somos felices y que no nos falta nada.

–Pero la gente—

–A la gente solo le gusta decir e inventar cosas porque no tienen nada mejor que hacer. Y si ganaste peso, ¿qué? ¿Acaso va a ser el fin del mundo? ¿Acaso nunca han visto a una mujer con una pequeña panzita hermosa que es feliz con su vida?–Te dijo con una sonrisa y con su dedo dando un pequeño toque a tu abdomen lo cual te dio cosquillas.–Yo también tengo más panza que antes, mira.

Oscar levantó su playera para que vieras su abdomen y tomó tu mano para que la pasaras por la zona.

–Me tienes lleno de amor, y eso me encanta. Soy feliz contigo, y no me importa lo que piensen los demás de ti porque a mi me encantas y te amo, y también quiero que te ames por cómo eres, ¿Okey? Sin miedos, sin inseguridades. Es difícil, pero no imposible. Además, me tienes a mi a para recordarte todos los días lo perfecta que eres.

–Y a mi también.–Dijo Pedro desde la puerta provocando que ambos dieran un pequeño salto.

–¡¿Y tú cuando y cómo entraste?!–Le preguntó Oscar mientras Pedro comía de un paquete de papas fritas con su (tu) pijama de Hello Kitty.

–Tengo una llave extra.–Dijo con tranquilidad sin dejar de comer.

–¿Por qué tienes mi pijama?–Le preguntaste señalando hacia él.

–Me lo robé la última vez que vine. Estaba solo en mi casa y aburrido así que solo tomé mi teléfono, la billetera y las llaves y me vine para acá. La comida se ve buenísima por cierto. Me voy a ir a instalar para servirme un plato así que apurense que se va a enfriar y no me gusta la comida fría.–Dijo mientras se iba por el pasillo.–¡Y NO OLVIDES QUE TE VES PRECIOSA!

Soltaste una pequeña risita y Oscar solo rodó los ojos antes de posar sus manos en tus mejillas.

–¿Te quedó más claro ahora?–Te preguntó viéndote a lo ojos.

Tu solo asentiste con la cabeza y tus mejillas sonrojadas, además de una sonrisa dibujada en tus labios.

–Que bueno, pero si alguna vez se te llega a olvidar de nuevo, tu solo me dices para recordartelo todas las veces que sea necesario, ¿si?–Te dijo con una sonrisa.

–Okey...–Le respondiste sin dejar de sonreír, y Oscar besó tu nariz antes de abrazarte.

–¡YA VENGAN A COMER QUE SE VA A ENFRIAR!

Moon Knight IVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora