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Me sorprendí demasiado de la visita de Kanae, por un momento pensé que sospechaba de mí pero su pregunta me confirmó que no, aunque eso no me hacía sentir bien, ella pensaba que yo estaba hiriendo a Shinobu.

Eso me hacía sentir verdaderamente mal, ya que lo último que quería hacer era herirla, pero esa vez me había emocionado tanto de tenerla un día entero conmigo que estuvimos horas haciendo el amor y en una de esas veces mordí su cuello pero me sobrepasé, aún así no me dijo nada y pensé que le había gustado, pero después de la escuela Shinobu llegó a mi casa para hablar conmigo.


Shinobu: Y mi hermana vio la marca que me hiciste pensando que con quien ando me está haciendo daño, no le pude quitar la estúpida idea de la mente.

Douma: Puedo entenderla, esta vez sí me pasé.

Shinobu: No me trates como si fuera una flor delicada, no me molesta que me dejes marcas pero la próxima que no sean en lugares visibles.


Douma: De acuerdo, pero ahora... ¿Qué haremos? Tu hermana ya está pensando lo peor.

Shinobu: Hmm... Creo que esto me va a humillar bastante pero tengo un plan, quizás así deje de preocuparse.


Después de esa pláticas decidimos disfrutar la noche ya sabiendo que Shinobu tendría problemas al llegar a casa.
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Kocho fue a casa y ahí inmediatamente la recibió Kanae.

Kanae: Otra vez hermana...

Shinobu: Ya me enteré que andas preguntando por ahí que si tengo novio.

Kanae: Lo hago porque me preocupas.

Shinobu: No tienes nada de qué preocuparte, pero viendo lo metida que eres en mi vida está bien; sí tengo novio y no me maltrata como crees... Yo se lo pido, soy una masoquista que ama que le dejen marcas y varias cosas más.


Kanae se tapó la boca sin poder creer lo que estaba escuchando, nunca imaginó escuchar a su hermana diciendo tales cosas.

Kanae ibas decirle algo pero Kocho se echó a correr y se encerró en su habitación. Pegó su almohada a la cara comenzando a llorar.
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El día siguiente Shinobu llegó temprano, el salón estaba vacío entonces le sonreí.

Douma: Buenos días joven Kocho—

Después de terminar mi frase ella me dio una bofetada que me dejó completamente sorprendido.

Shinobu: Eres de lo peor.

Iba a preguntar la razón pero llegó otro alumno, Kocho se fue a su asiento y yo apenas pude dar la clase esas horas, estaba confundido, nunca me había golpeado, quizás ayer peleó con su hermana y estaba de mal humor, pero cualquier cosa que pasara con ella me preocupaba.


Pasaron los días y la misma rutina, en el día siempre parecía que peleabamos pero en la noche nos enamorabamos. Era como un cuento de hadas que acababa al amanecer, ella me ponía tan triste pero me elevaba alto.



Todo era tan hermoso pero a la vez tan problemático, llegó un momento donde nuevamente no llegó a mi casa y al siguiente día estaba en la escuela, no entendía si realmente se estaba cansando de mí, quizás le causaba tantos problemas que ya no quería estar conmigo, lo cual me deprimía bastante.


Esa misma noche ella sí llegó pero literalmente la cargué para llevarla a mi habitación, cuando la senté me puse de rodillas frente a ella.

Douma: ¿Te cansas de mí?

Shinobu: No... Lo siento, tuve que hacer algo importante.

Douma: ¿Qué cosa?

Shinobu: No puedo decirte.

Douma: Ahora me guardas secretos.

Shinobu: Por favor... No te preocupes, yo te amo.

Douma: Aún falta mucho para tu graduación... Esto me está matando.

Shinobu: A mí también...

Me levanté para abrazarla y ella correspondió, ambos comenzamos a llorar.


Estoy maldito. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora