Capítulo 3

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Kocho al siguiente día se dio otro baño desesperada de quitar todo rastro de Douma pero lo que jamás se quitaría sería las cicatriz de su estómago, incluso si se libraba de él... Cualquier pareja que la viera vería aquella marca, lo que le hizo pensar que cualquier tipo de relación sería imposible.

Cuando estuvo lista fue a la escuela junto a su hermana, Kanae la notaba decaída pero todavía quería pensar que era por el rompimiento de su ex novio, ya que ahora en vez de enojada y rebelde se mirada con tristeza.

Cuando Kocho se fue a su salón simplemente se fue a su asiento, sin querer ver a su profesor. La clase transcurrió normal pero esta vez tuvo que ir a la casa de su profesor quien la esperaba sentado en una silla mientras que miraba una foto. Cuando Kocho entró y cerró la puerta estaba demasiado nerviosa, tenía mucho miedo al punto que sus piernas temblaban.

Douma: ¿Qué haces con la ropa puesta?

Kocho entendió la indicación lo que le hido rápidamente quitarse el uniforme y su ropa interior quedando completamente desnuda ahí Douma se levantó de la chimenea para después mirar a Kocho, este le indicó con una mano que se arrodillara. Cuando lo hizo lo estaba mirando con bastante temor pero él estaba sonriendo y se puso a su altura.

Douma: ¿Entiendes que esto es tu castigo?

Shinobu: Sí...

Douma: Cierra los ojos.

Douma se mantuvo tranquilo para después ir nuevamente a la chimenea y tomar uno de los atizadores y poner la punta en la chimenea.

Douma: No me gustó tener ir a tu casa, imagínate si hubiera entrado la profesora Kocho, la hubiera tenido que matar.

Kocho se alteró teniendo la respiración más agitada, no quería escuchar esas horribles palabras, tanto que permitan dieron ganas de llorar. Douma nuevamente se acercó a Kocho pero esta vez por detrás.

Douma: Muerde tu brazo, si gritas será peor.

Kocho iba a preguntar pero sintió el hierro extremadamente caliente en su piel que la hizo gritar pero rápidamente mordió su brazo, salieron lágrimas y mordió demasiado fuerte su brazo para no gritar mientras caía al suelo retrociendo su cuerpo del dolor por su piel quemándose.

Douma: Es una marca más para dejar saber que eres mía, fue difícil pero hice una de una de tus nalgas.

Kocho no podía hablar, estaba sufriendo tanto, fue lo peor que pudo sentir, Douma supo que lo estaba pasando horrible pero era lo que quería por no haber ido a su casa.


Douma: No grites, ¿acaso quieres que todos te vean así?

Shinobu: Por favor... Detente.


Douma negó con la cabeza sonriendo para cargar a Kocho y llevarla a la cocina.


Douma: Pensé que tendrías hambre y preparé cereal.



Douma puso a Kocho en una silla pero cuando miró el cereal se tapó la boca ya sabiendo lo que tenía, que era el semen de Douma.


Shinobu: No tengo hambre...

Douma tomó la cuchara y lo acercó a la boca de Kocho, ella negó con la cabeza entonces Douma le pellizcó un pezón haciendo que Kocho gritara, lo que el aprovechó para meterle la cuchara con el cereal. La combinación se le hizo tan asquerosa a Kocho que terminó vomitando. Eso hizo enojar a Douma y empujó su cabeza dentro del plato que tenía cereal y vómito como semen, cuando la levantó vio cómo estaba cubierta de esos fluidos, eso hizo que Douma se bajara su cierre y sacara su pene haciendo que Kocho se arrodille.

Ahí rápidamente metió su pene dentro de la boca de Kocho y ella cubierta de vómito, cereal y semen tuvo que chupar su pene mientras él la sostenía de su cabeza para moverla y hacer que tuviera bastantes arcadas durante el tiempo que tenían sexo oral, ahora él mirando atentamente la cara de Kocho la cual le encantaba, verla así de humillada le excitaba tanto que sus movimientos fueron bastante bruscos haciendo que Kocho tuviera la sensación de ahogarse más de una vez. Después de media hora por fin él se corrió pero nuevamente en la cara de Kocho volviendo a cubrir sobretodo sus mejillas de su semen.


Douma: Me encanta.


Douma sacó su celular y le tomó una foto a Kocho en ese estado, Kocho intentó limpiarse con una servilleta pero Douma la detuvo y la agarró fuertemente de los pechos para levantarla así, Kocho se quejó por e dolor pero Douma la llevó a su habitación.

Douma: Espera aquí, el castigo no termina.

Douma salió del cuarto. Ahí Kocho entró en pánico, pensó en quizás defenderse entonces buscó en los cajones unas tijeras o un arma pero al abrir uno echó un grito cuando vio una foto de una mujer muerta siendo que su cabeza estaba aplastada y no tenía cerebro.

Shinobu: Debo irme...


Derrepente Douma abrió la puerta y la miró.

Douma: Parece que hoy te contaré un cuento.

Estoy maldito. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora