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Muchas veces... Tengo pesadillas, pesadillas las cuales escucho gritos, cada uno más desgarrador que el otro. Siempre busco la razón de aquellos gritos infernales pero la sangre que me cubre hace que me detenga y me dé cuenta que soy yo quien los causó. Termino despertando cubierto de sudor y con una presión en mi pecho, llegué a vomitar en alguna ocasión.

Esas pesadillas me perseguían pero un día simplemente aprendí a vivir con ellas. Terminé siendo maestro lo cual siempre había querido, estaba seguro de ser más inteligente que los demás, lo que se comprobaba en mi manera de enseñar, siempre mis alumnos eran los mejores. Mi vida era simple pero buena.

Hasta que un día todo cambiaría.

Nuevo año, nuevos alumnos, ¡nada mejor! Estaba sentado en mi escritorio esperando recibir a mis nuevos alumnos, conforme iban entrando yo saludaba amablemente... Pero hubo algo que me hizo abrir los ojos creyendo que estaba soñando.

Aquella chica que acababa de entrar, mi corazón se aceleró y mis mejillas se sonrojaron sin entender qué estaba pasando, ella se veía hermosa; me di cuenta que estaba viviendo el amor a primera vista, algo que jamás había pasado, después de todo uno cuando se concentra en su vocación no tiene tiempo para nada más o quizás no había conocido a la chica indicada hasta ahora.

No era idiota, sabía que querer estar con una alumna estaba mal, pero aún así no podía dejar de mirarla, estaba completamente seguro que ella lo había notado o quizás alguien más de la clase. Ese sentimiento tan fuerte se incrementó pasando los días, no solamente era hermosa si no muy inteligente, era la mejor de la clase, su actitud era tan amable incluso conmigo, siempre se despedía de mí con aquella sonrisa que solamente me hacía sentirme en las nubes.

Estar enamorado era algo totalmente nuevo para mí, no sabía qué hacer, ¿decirle? ¿No hacer nada? ¿Alejarme? Sobretodo siendo hermana de una profesora que era mi compañera... Sabía que estaba metido en un problema en el cual no podía escapar.

Shinobu Kocho era la chica que amaba y cada momento solamente actuando como siempre me carcomía por dentro, no quería continuar de esa manera. Así que decidí decirle todo lo que sentía.


Un día le dije que esperara al final de las clases para hablar de algo importante. Cuando todos se fueron cerré la puerta y le dije que la amaba.

Esperaba una respuesta negativa pero lo único que vi fue sus hermosas mejillas ponerse de color rojo y decirme que también me amaba.

Iba atesorar ese momento toda mi vida, entonces decidimos ser pareja pero completamente a escondidas para no meterme en problemas y ella tampoco con su hermana, aunque Kanae Kocho era la mujer más amable que conozco estaba seguro que no aceptaría nuestra relación.

Pero nada importaba, solamente que Shinobu fuera mi novia, mi primera y última novia.

Nos fuimos cada quien para su casa, ella acompañada de su hermana y yo como siempre solo, pero no importaba, ahora ya no estaría solo nunca más.

Estoy maldito. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora