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Después de lo que pasó con el profesor fui inmediatamente a mi casa tratando de evitar a todos para darme un baño, solamente quería un baño donde no estuviera él viéndome y queriéndome tocar nuevamente... Me senté en la ducha llorando pero tratando de que no se me escuchara, había vivido algo tan horrible, ¿quién era ese hombre? El profesor jamás me vio de esa manera, pensé que era bueno, pensé que nunca pasaría nada malo.


Al siguiente día no quería ir a la escuela pero... ¿Si él subía la foto? Mi miedo fue más grande que mi asco de volver a verlo. Al llegar al salón lo miré por un momento, parecía estar como si nada, anhelaba tanto que solamente hubiera sido una pesadilla pero el roce en mi entrepierna cuando jaló mis bragas estaba ahí, el dolor que todavía sentía en mi interior era constante, no había sido un sueño pero él estaba actuando tan natural... Como si noble hubiera importado lo que me hizo.



Lo peor fue cuando tuve que ir a su casa, mintiendole a mi hermana que iría con mi mejor amiga, traté de no llorar al llegar, no quería que me notara con miedo, solamente quería que todo pasara rápido.

Al momento de llegar parecía que me recibió el profesor que siempre había conocido pero cuando entré me dijo que me sentara en el sillón y así lo hice.

Douma: Me alegra que vinieras, hubiera sido una pena.

Shinobu: Profesor... Por favor no me haga hacer nada que me duela.

Douma: No te preocupes cariño, todo lo que haré no te dolera, así que levanta tu falda y enseñame que bragas estás usando hoy.

Shinobu: Pero profesor...

Cuando lo miré el rápidamente me tiró una bofetada pero no fue fuerte, quizás no quería dejarme marca.

Douma: Haz lo que te digo.

Con toda la vergüenza que tenía tuve hacerle caso mostrando mi ropa interior. Él se agachó y rápidamente me la bajó lo cual me hizo gritar y cubrirme con las manos.

Shinobu: Profesor por favor...

Douma: Llámame mi amor aquí, olvida que soy tu profesor cuando estés conmigo.


Me quedé callada, no podía decirle eso alguien como él, lo cual le molestó bastante dándome la vuelta y pegando mi cara al cojín para escuchar cómo nuevamente bajaba el cierre de su pantalón provocando que volvieran a salir lágrimas de mis ojos hasta sentir aquel dolor que fue la penetración de su pene en mi interior que todavía dolía, con cada embestida sentía que iba a destrozarme, cerré mis ojos e intenté imaginar que no estaba ahí, que estaba en cualquier otro lugar mientras mis gritos se escuchan por toda la sala pero me forzaba a imaginar que no estaba ahí, quería desconectarme de la realidad pero cómo hacerlo si él era tan rudo y eso me provocaba más dolor, su pene estaba frotándose de forma rápida y mis paredes vaginales lastimadas podían sentir cada una de las penetraciones hasta chocar una y otra vez.


Cuando sentí que se corrió abrí los ojos queriendo que ese fuera el final pero me levantó para subirme a la habitación donde esta vez me tiró a la cama. Vi que tenía nuevamente su celular y esta vez me sacó más fotos mientras volvía a meter su pene en mi interior pero asegurándose que no se viera nada de él.

Cuando por fin terminó acabé manchada de semen tanto en mi interior que al levantarme salió bastante, me tapé la boca mientras iba al baño para quitarme todo de él.



Después de unos días comencé a sentir bastantes náuseas, le dije a mi hermana que algo me había caído mal y se me pasaría pero sabía perfectamente que estaba embarazada, ese maldito nunca usó nada para evitar eso, fui con una mujer de confianza la cual simplemente le conté que no me protegí con mi novio y me dio las hierbas para abortar. Afortunadamente funcionó, pero esa noche no fui con ese maldito, tan sólo esperaba que no pasara nada, no tenía opción si seguía mal mi hermana iba a sospechar y seguramente me llevaría al hospital donde se sabría que estuve embarazada.


Cuando fui a su casa nuevamente esa noche le pedí perdón miles de veces pero ninguna funcionó para que no me castigara, ni siquiera a él le dije lo que había hecho.


Douma: Ya te dije que comas.

Shinobu: Ya te dije que fue algo importante...

Douma: ¿Más importante que estar con tu novio?

Shinobu: Pero... Es asqueroso...

Douma: Es solamente los fluidos de quien amas, no deberías sentir asco.

Estábamos en la cocina, yo estaba sentada en una silla y en la mesa había un plato solamente con semen que él había sacado de masturbarse y saliva. Estaba loco, yo no iba a comer eso... No quería.

Shinobu: Ya te dije... Perdóname.



Él se enojó tanto que me tomó del cabello y me empujó prácticamente ahogándome en ese plato, no tuve más opción que beberlo para poder respirar pero mi cara quedó cubierta de semen, al sentir la sensación viscosa en mi cara rápidamente me entró ganas de vomitar pero él me jaló nuevamente y me tomó una foto ahora cubierta de esa asquerosidad.


Sería poco con el infierno que me haría pasar los demás días, todo porque no correspondí sus sentimientos, cada día quería más estar muerta... Me sentía sucia, que ya jamás podría amar ni ser feliz.

Estoy maldito. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora