5⃟

1.4K 67 52
                                    

Los días pararon y Kocho se encuentraba llorando en su habitación, Kanae entró encontrándola por lo que completamente preocupada se sentó con ella y la abrazó.

Kanae: ¿Qué sucede?

Shinobu: Nada, no me sucede nada.

Kanae: ¿Terminaste con tu novio?

Shinobu: Cállate.

Kanae: ¿Eh?

Shinobu: ¡¡Cállate y lárgate!!

Kocho empujó a Kanae y la sacó de su habitación cerrando la puerta con llave.

Al poco tiempo recibió un mensaje de Douma citandola en su casa. Cómo siempre se escapó de su casa para ir con Douma.

<————««

Cuando Shinobu llegó se veía tan contenta, la abracé pero al momento que intenté hacerlo me dio una bofetada, era la primera vez que me había golpeado en mi casa, rápidamente la tomé del brazo y la hice entrar.

Douma: ¡¿Qué te pasa?!

Shinobu: No más.

Douma: ¿A qué te refieres?

Shinobu: Ya no quiero que sigas abusando de mí.

Mi corazón y todo mi cuerpo se paralizó, no entendía de que estaba hablando. Miraba a Shinobu cubierta en lágrimas, ¿desde cuándo estaba llorando?

Douma: Shinobu, ¿qué te pasa?

Shinobu: Lo que escuchaste, haré cualquier otra cosa pero no mates a mi hermana...

Mi expresión era de sorpresa, pero unas lágrimas cayeron en mi rostro.

Douma: Shinobu... Soy incapaz de hacerte daño.

Shinobu: ¿Qué dices...? Desde esa vez... Tú...
»»————>


Douma: Señorita Kocho, necesito verla al final de las clases para un asunto importante.

Shinobu: Entendido profesor.

Cuando las clases acabaron Douma esperó para cerrar la puerta sin que Kocho se diera cuenta que cerró con llave.

Kocho se levantó para acercarse al maestro después de leer un poco antes de hablar con Douma.

Shinobu: ¿Han bajado mis calificadores?

Douma: No, tu promedio es excelente.

Shinobu: Entonces, ¿qué sucede, profesor?

Douma se acercó a ella acariciando su mejilla con uno de sus dedos para después hablar.

Douma: Desde que te vi me enamoré de ti, eres la mujer más hermosa e inteligente que conocí, me encantaría que fueras mi novia.

Kocho se quedó con expresión de sorpresa pero también sintiéndose mal, aunque ella lo admiraba por lo buen profesor que era pero no sentía amor, entonces desvió la mirada, no quería herirlo pero tampoco quería darle ilusiones.

Estoy maldito. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora