Capítulo 20

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Kocho le estaba costando respirar, ¿cómo era que alguien pudiera tener ese odio contra ella? Con la justificación de que en su vida pasada estuvo con él... Por algo que parecía el deseo ególatra de un loco su hermana y maestro como su mejor amiga murieron... E incluso su sobrino que venía en camino, con cada acción que él hacía ella creía simplemente "está loco" eso era, sólo los delirios de alguien trastornado el cual debería estar en la cárcel o en un manicomio, cualquier cosa menos con ella.

Shinobu: P-profesor... No pudo respirar...

Douma: Es tan absurdo que me digas profesor.

Shinobu:  Eso fue para mí... Un simple profesor.

Douma se sorprendió, parecía que la rebeldía de quien una vez fue su esposa todavía seguía existiendo. Douma soltó su cuello, mientras que Kocho tosía Douma se alejó pensando que era imposible, Kocho jamás le creería, pero eso no era importante, pero el hecho de tener el privilegio de olvidar cada marca que dejó en ella era lo molesto, sin importar todo su esfuerzo ella no había tenido secuelas hasta volver con ella, la idea era algo inquietante.

Douma: Un profesor... Tienes razón, lo soy, aunque ahora te enseñaré otro tipo de cosas.

Shinobu: ¡No! No quiero volver hacer ese tipo de cosas, es horrible.

Douma: ¿Por qué?

Douma se volvió acercar pero Kocho le dio una bofetada, Douma sin decir nada se dio la vuelta pareciendo que se iba a ir pero en un abrir y cerrar de ojos se volteó golpeando a Kocho con su mano, dándole una bofetada con mucha mayor fuerza que ella. Tanto que su boca sangró, Kocho se tapó la boca después de de quejarse del dolor, Douma tomándola del cabello la miró seriamente.

Douma: Harás lo que yo diga.

Se bajó el pantalón y sacando su pene lo le importó que la boca de Kocho estuviera lastimada para comenzar a meterlo en ella, sin más remedio Kocho cerró los ojos mientras él movía sus caderas para meterlo más profundo en su garganta. El pene de Douma estaba cubierto con saliva y la sangre de Kocho, con quejidos, ella trataba de aguantar, pero ahora se sentía peor que antes, al menos tenía a otro lugar al cual ir después pero ahora viviría eso en todo momento.

Douma no dejaba de meter su pene hasta lo más profunda sin importarle las arcadas que Kocho pudiera hacer, no fue hasta el momento donde estaba seguro que iba a vomitar fue que sacó su pene, haciendo la toser varias veces, ella terminó por acostarse en el sillón si saber qué hacer.


Douma: No hemos terminado.

Douma la cargó metiendo una mano en su ropa interior para rasgarla y sin tardar nada metió su pene en el interior de Kocho forzándola a sostenerse de él. Con ambas manos en las nalgas de Kocho comenzó a moverla para introducirlo más profundo, haciendo que ella comenzara a gritar, proactivamente se alteró, ya que sabía lo riesgoso que era, no quería tener otro hijo de él.

Shinobu: ¡E-espera! Hazlo en cualquier lugar menos ahí, ¡no quiero terminar embarazada...

Douma: Si esa es la maldita intención.

Después de decir eso Douma se aferró fuertemente para ponerla contra la pared comenzando a mover sus caderas de manera muy agresiva, sin importarle que Kocho comenzara a sangrar. La estaba lastimando bastante y parecía que lo hacía con toda la intención más allá del placer, pero Kocho gritaba tanto que optó por tomarla sólo con una mano para usar la otro tapando su boca, Kocho lo mordió al intentarlo hasta sangrar, haciendo que él la soltara. Kocho cayó al suelo sintiendo como Douma con todo aún así se corrió en su cara.

Douma: Parece que está saliendo ella.

Shinobu: ¡Deja de decir estupideces!

Douma: No te preocupes, de alguna manera... Lo recordarás.

Shinobu: ¿Cómo voy a recordar algo que nunca viví?

Kocho comenzó a llorar, después de todo, ella había sido educada de una manera diferente, esta vez sí tenía una linda vida, no era la misma que un día le perteneció... Entonces, ¿por qué? ¿Por qué él a pesar de todo no cambió? Su destino siempre fue ser alguien malo, sería triste si tan sólo sintiera tristeza.

Douma: Mejor dejaré de forzarte a creerme, mejor disfruta de nuestra vida juntos, esta vez sin nadie que se interponga.

Douma se arrodilló abrazando a Kocho, siendo un abrazo suave, ella al sentirse tan cansada terminó durmiendo en los brazos de Douma, él decidió llevarla a la cama.

Douma: Siempre amé cuando estabas tranquila, pero más cuando gritabas.


Estoy maldito. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora