Estoy maldito.

Capítulo 2

Kocho estaba cenando con su hermana. Kanae estaba feliz de tener a Kocho nuevamente por las tardes y noches  ciertamente le aliviaba pero notaba que Kocho parecía estar triste, no quiso mencionar nada ya que creía que estaría triste por el rompimiento de su ex novio, pensó que conforme pasara el tiempo ella estaría como antes. Lo único que importaba era de Kocho estuviera bien.

Cuando llegó el momento de despedirse Kocho se fue a si habitación y lo primero que notó fue un escalofrío recorriendo su piel, al mirar notó que la ventana estaba abierta, entonces pensó que Kanae la dejó abierta y se le olvidó cerrarla, por lo que caminó hasta ella para cerrarla, luego fue a su cama para tomar su pijama y comenzar a quitarse la ropa que tenía puesta para usar su pijama.

Al acostarse cerró los ojos ya que lo que vivió en la escuela la hizo sentirse horrible y solamente quería dormir, pero de pronto sintió que alguien le tocó el cabello, ahí abrió los ojos: Douma estaba frente de ella, con la sonrisa que siempre le vio cuando la torturaba, estaba acariciando el cabello de Kocho. Ella quería convencerse de que era una pesadilla pero sus caricias y la frialdad de su mano la hicieron saber que era real cuando tocó su mejilla, quería gritar pero su voz no salía, lo único que salía eran las lágrimas de sus ojos, estaba paralizada que lo único que hizo fue resporar y fue suficiente para que Douma le quitara las cobijas que la cubrían y se subiera encima suyo, ella no sabía qué hacer, el miedo de que le hiciera algo a su hermana si ella llegara, solamente estaban ellas dos, pero tampoco quería que él le siguiera haciendo nada, entonces intentó controlarse e intentar hablar en voz baja.

Shinobu: Mi hermana está en la casa...

Douma: Entonces hay que asegurarnos que no despierte.

Al decir eso Douma le quitó la parte baja de la pijama y después le quitó las bragas pero él las tomó y después de olerlas se las metió en la boca a Kocho. Ella solamente cerró los ojos para después sentir una sensación familiar en la entrada de su vagina, apenas podía ver con la luz de la luna, pero sabía que era el pene de Douma y lo confirmó cuando sintió la penetración que le hizo morder fuertemente las bragas que tenía en la boca, comenzó a sentir las caderas de Douma moviéndose queriendo que se hiciera el menor ruido posible, pero Douma tomó con dos dedos el clítoris de Kocho terminando por tomarlo pero de sus uñas y jalarlo. Eso hizo que Kocho mordiera incluso más fuerte aguantando el dolor, más que él se estaba moviendo demasiado duro, tanto que la cama comenzó hacer algo de ruido.

Douma se dio cuenta de esto y decidió separarse solamente para tomar a Kocho de la cintura y cargarla para volver a meter su pene dentro de la vagina de Kocho que ya notó que se estaba mojando, pero ella solamente se aferraba a él para no caerse, aunque él la tuviera biem sujeta, no dejaba de morder que bragas mientras que las penetraciones volvían a ser duras y pareciendo que él quería atravesarla. Mientras el tiempo pasaba su interior se volvía más mojado y eso lo odiaba tanto, era horrible no poder controlar, Douma le dijo al oído que se sentía demasiado húmedo. Ella solamente quería que acabara la tortura hasta que sintió cómo Douma la bajó sentándola en la cama, ahí le quitó las bragas para meter su pene dentro de la boca de Kocho y moverse hasta correrse en su boca, sin querer que su hermana se enterara tuvo que beber aquel líquido viscoso que sabía raro nuevamente. Douma al acabar lo sacó y volvió a ponerse el pantalón.

Douma: Si vuelves a faltar voy a venir nuevamente aquí y publicaré esto.

Douma sacó su celular mostrando la primera foto que le tomó a Kocho, ahí Kocho supo que jamás las borró, todo iba a ser como antes, Kocho sintió tanto miedo que terminó por orinarse en la cama.

Douma se dio cuenta de eso y tomó las mejillas de Kocho para mostrar cómo sus ojos brillaban con la luna, siempre fueron únicos ya que eran arcoiris pero Kocho los veía de una manera diferente, parecía que esos ojos mostraban una enorme maldad y estaban fijos en ella.

Douma: No importa lo que pase, estarás conmigo.

Shinobu: ¿Por qué...? ¿Por qué yo?

Douma tomó la mano de Kocho y la puso en su pecho.

Douma: Algún día te lo diré.

Después de eso Douma caminó a la ventana y se fue. Ahí inmediatamente Kocho se dio cuenta que se había orinado, se sintió avergonzada, prendió la luz y buscó unas nuevas bragas y terminó por ir a bañarse pero cuando acabó saliendo del baño para cambiar y limpiar las cobijas su hermana estaba fuera en el pasillo.

Shinobu: Hermana...

Kanae: ¿Ah? ¿Qué haces bañandote a las tres de la mañana?

Shinobu: Ah... Yo... Quería relajarme.

Kanae: ¿Oh? Pero hace frío, no quisiera que te enfermaras, te
acompaño a tu cuarto.

Kocho quería negarse pero ya no quería que su hermana pensara de más así que no tuvo más opción. Al llegar lo primero que vio Kanae fue la gran mancha y ahí se preocupó.

Kanae: ¿Eh?

Shinobu: Lo siento... Creo que tomé mucha agua...

Kanae: Shinobu esto no es normal, ¿estás bien?

Shinobu: Sí, ¡ya te dije que pasó! No me hagas sentirme más avergonzada.

Kanae: Tienes razón, siento molestarte, volveré a mi habitación.

Cuando salió Kocho cerró la puerta queriendo llorar, miró la cama y entendió que el miedo por Douma la superó. Después de cambiar y limpiar sus cobijas terminó por acostarse ya com la pijama puesta no queriendo que el día comenzara.