Capítulo 10: Amnesia temporal conveniente

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JOANNE

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JOANNE

La noche anterior cuando se fue Cian, ni siquiera me atreví a ir a la habitación que sería de Micah por un mes. Ni siquiera quería mirarlo a los ojos, por unos minutos solo quise olvidar que por un choque con la realidad volvió a mi vida por treinta días.

Saber que se iba a casar era el último golpe que le permitiría que me diera.

Micah Lewis se podía ir a la mierda, junto con el batallón de emociones que ululaban en mi corazón cada vez que lo miraba a los ojos.

Dejé algunas cosas sobre la encimera para que desayunara y una nota antes de partir al hospital.


MICAH

Estaba esperando que ella entrara en la habitación, quería que me gritara en la cara lo idiota que era por hacerla sufrir de esa manera. Que me echara de su departamento y de su vida.

Pero eso no sucedió.

Solo escuché el portazo a modo de despedida, y de eso ya habían pasado dos horas.

—Diablos, Frank Lewis, estoy seguro que jamás auguraste este futuro para mí. Te debes estar revolcando en la tierra de la vergüenza que te hace sentir tu primogénito.

En mi esfuerzo por levantarme solo de la cama, aventé la silla de ruedas hasta el otro extremo y me fui de bruces al suelo. La rodilla me dolía demasiado, y el vendaje comenzó a sangrar.

—Creo que fuiste el único que logró ver algo en los herméticos ojos de Joanne cuando me miraba. Yo estaba demasiado obnubilado por la alegría contagiosa de Livy, nunca me di cuenta que su hermana menor me miraba de manera especial. Nunca quise lastimarla, papá —sin entender por qué mis ojos se llenaron de lágrimas, comenzaba a ser algo normal el último año.

Recordé la vez que conocí a Joanne, ella tenía cuatro y yo ocho. Los Sinclair acaban de llegar a la casa que estuvo desocupada por años. Todos tan pelirrojos que parecían una familia salida desde la misma Irlanda.

Esbocé una sonrisa, perdido en los recuerdos, tan perdidas como las lágrimas que se escondían en mi cabello.

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Con Él [COMPLETO LIBRO 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora