Capítulo 45: Sistema Inmunitario

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Sistema inmunitario es una compleja red de células, tejidos y órganos. Juntos ayudan a su cuerpo a combatir infecciones y otras enfermedades. Cuando los gérmenes como bacterias o virus invaden su cuerpo, atacan y se multiplican.

NUEVA YORK

Cuando vi la sangre emanar del labio sentí un tibio consuelo. Cerré los ojos y balanceé mi cabeza de un hombro al otro, necesitaba suavizar con algo mi angustia y preocupación.

Quería matar al hijo de puta.

—¿Qué mierda haces aquí, Lexington?

—Tenemos que hablar sobre Joanne —respondió escupiendo la sangre.

Esbocé una sonrisa que contrastaba con la ira que sentía.

—Qué bueno que mencionas a Joanne, ¿sabes qué Wingrave volvió a entrometerse en su vida? —gruñí y le lancé otro golpe—. ¡Eso no debió haber ocurrido! ¡Se suponía que tú cuidabas de ella! —Le asesté otro golpe en la mandíbula.

—¡Ya basta, joder! —Me empujó dentro de mi casa y también me propinó un golpe en la ceja que ya estaba maltratada. Maldije por lo bajo y luego me lancé sobre él.

—¡Ella se hizo cargo de todo! ¡Ella! —Lo agarré con fuerza de la chaqueta—. ¿Cómo crees que va a salir de ese maldito trauma? ¡Aún tiene pesadillas con Wingrave desde la última vez, ahora todo se va a acentuar y tú no estaba s para protegerla!

—La situación está en manos de mi bufete. Después de hablar contigo me iré directo a Londres.

—Me importa una mierda lo que hagas, me cabrea lo que no hiciste. No cuidaste de ella —siseé con rabia, dándole otro golpe en la cara—. ¡Tenías que cuidarla!

—¡Siempre cuidé de ella! ¡Más de lo que crees! —Me agarró de mi camisa y me golpeó en el labio que ya estaba herido. Gemí de dolor—. ¡Piensa en lo que haces! ¡Imbécil!

—¿Pensaste un poco cuando Joanne estaba conmigo y la metías en tu cama? —Gruñí escupiendo la sangre. Estaba furioso y celoso.

—Cuando ella inició una relación contigo, jamás la volví a tocar.

Lo miré con rabia, sin entender del todo lo que estaba diciendo. Deslicé las manos por mi rostro para limpiar la sangre. Luego, me senté en el suelo y apoyé la espalda contra la pared. Cerré los ojos recordando la última conversación que tuve con Jo.

—Ella dijo que, después de haber estado conmigo, comenzó a extrañarte. Lo nuestro era algo que siempre quiso experimentar, pero después de un tiempo comenzó a aburrirse. A quién quiere Joanne es a ti, no a mí —admití con dolor.

Cian me miró un par de segundos y luego, se sentó en el suelo, agarrándose el estómago. Tenía la mejilla hinchada y el labio roto.

—Joanne siempre ha estado enamorada de ti —dijo con dificultad después de un rato. Mirando un punto en el suelo con una sonrisa casi tan triste como las mías—. Jamás te engañó conmigo.

—¿Por qué me mintió? —Se encogió de hombros y gimió de dolor.

—Por miedo, por desconfianza, por inseguridad. Fuiste un imbécil con ella en el pasado.

—Le he pedido perdón cada día, y sé que con eso no es suficiente —apoyé los brazos en mis rodillas—. Hice de todo para que me perdonara, intenté luchar con sus fantasmas, le rogué de rodilla que no me abandonara. Le dije que no me importaba que estuviera contigo, pero que me permitiera seguir viéndola.

—¿En serio no te habría importado? —Arqueé una ceja.

—No es lo que hubiese querido, pero si ella me lo daba lo habría aceptado.

Con Él [COMPLETO LIBRO 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora