Capítulo 2: Estable dentro de la gravedad

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JOANNE

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JOANNE

Cuando llegué a mi departamento procuré cerrar la puerta con llave, y luego me apoyé en ella, agotada y nerviosa.

Fue un día de locos en el hospital, pero que no cambiaría por nada del mundo. Ese caos me gustaba, me ayudaba a tener la mente en cosas que importaban mucho más que recordar a alguien que solo me guardaba rencor.

Miré la pantalla de mi teléfono y vi la hora. Las dos de la madrugada. En Nueva York eran las siete de la mañana. Sabía que ya estaba despierto y listo para comenzar el día.

Me dejé caer en uno de los sillones y marqué. Al tercer pitido, su sonrisa llenó la pantalla de mi celular.

—Pequeña.

—¿No es muy temprano para sonreír de esa manera? —Max esbozó una sonrisa aún más grande. El flequillo rubio apuntaba en todas direcciones.

—En esta casa es una regla sonreír, sobre todo cuando la noche fue tan...

—¡Asco!

Volvió a reír.

—¿Cómo están las cosas por allá?

—¿Podemos hablar tranquilos?

Miró por encima de la pantalla y luego asintió.

—Liv se está duchando y Noah sigue dormido. ¿Otra vez es Daniel? —Fue directo al asunto. Me mordí la uña—. Puedo viajar, Jo. Te aseguro que con Liv podemos organizarnos y viajar si nos necesitas.

—No es necesario, solo necesito hablar contigo.

—No le has dicho a Alexander que Daniel...

Alcé una ceja y asentí.

—Claro que hablé con él, pero no le expliqué todo.

—Maldita sea, Joanne. ¿Y Lexington?

—No tiene por qué saber. Además, lo tengo controlado, ¿sí?

—Terminaste con él hace meses y todavía cree que tiene derecho sobre ti. No es normal, Joanne. Entró en tu departamento hace dos meses sin tu consentimiento. ¿Eso es tener la situación controlada?

—Mira, no quiero hacer de esto un drama. Vivimos por un tiempo juntos y vino a buscar algunas cosas que olvidó. Es solo que todavía me da terror entrar en este departamento y encontrarme con él.

—Recordó que tenía algunas pertenencias de él después de cinco meses desde su ruptura. ¿Debo recordarte que terminaron dos meses después de que te fueras de Nueva York, y que, desde entonces, han pasado doce meses?

—Te juro que Daniel es un tema cerrado, le costó asumir que lo nuestro no funcionó, pero no he vuelto a saber de él desde que irrumpió en mi departamento. Sé que dejó el hospital y probablemente vuelva a Nueva York, tal vez ya está allá. Es solo que... —cuando mi voz tembló carraspeé y para camuflar el dolor que sentía, esbocé una sonrisa—. Creo que los extraño más de lo que quisiera admitir.

Con Él [COMPLETO LIBRO 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora