24; Karma y mudanza.

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Después de dejar a Jungkook con ganas de más, volví dentro de la casa, donde enseguida me topé con la señora Jeon, quien rápidamente me condujo hasta el sofá, para asegurarse que cumpliera con mi estricto reposo al pie de la letra. Y realmente no me molestaba que cuidaran tanto de mí, pero después de estar dos horas sentada frente al televisor, sin levantarme más que para ir al baño, comenzaba a aburrirme. Sin embargo, tanto SunHee como Junwoo, no dejaban que hiciera nada por mí misma, ellos me alcanzaban todo lo que pidiese, me cambiaban los cojines cada tanto, recargaban mi vaso de limonada, y hasta se encargaban de cambiar de canal.

Mamá, Papá, cuiden que Emily no ande demás. Iré a buscar nuestros equipajes y volveré en veinte minutos”. Esa fue la orden por la cual me encuentro en esta incordiosa situación, echando de menos la soledad de mi departamento, donde puedo vagar libremente. Y no me mal entiendan, disfruto mucho de la compañía de mis suegros, ellos son muy divertidos, pero su sobreprotección es demasiado asfixiante.

Mi teléfono comenzó a sonar, Ashley me estaba llamando:

—¡Emily!—clamó al instante en que contesté su llamada.

—¡Amiga! ¿Cómo estás, cómo te fue anoche? Por tu voz, parece que muy bien —sonreí, me alegraba enormemente oírla tan llena de brío.

Así fue, tenías razón. Mark es un gran hombre, está feliz con la noticia del bebé y me propuso matrimonio. Todo salió bien.

—Lo sabía, ahora solo espero que la boda sea después de que nazcan los gemelos, porque es imposible conseguir un vestido de fiesta en el que yo quepa —solté una carcajada, apenas conseguía ropa cómoda, y la mayor parte del tiempo andaba descalza o en chanclas.

Lo será, no te preocupes por ello, nunca expondría a mi dama de honor a parecer un croissant dentro de un vestido de gala —ambas reímos y continuamos hablando unos cinco minutos más, hasta que Jungkook volvió.

Horas después...

La noche había caído en Busan. Hacia unas dos horas que habíamos cenado los cuatro juntos, y ahora, cada pareja se encontraba en su respectiva habitación. Sus padres debían madrugar mañana, y nosotros comenzaríamos la mudanza. Los chicos se ofrecieron a traer todas nuestras cosas en sus camionetas, y Ashley sería quien verificaría que no olviden ninguna cosa, después de todo, no traerían ningún mueble, solo nuestros electrodomésticos, ropa, zapatos, mantas, mis cosméticos, etc.

La temperatura había descendido considerablemente, por lo que me encontraba acurrucada junto al pecho de Jungkook, quien se encontraba hablando con sus hyung's sobre que cosas traer y cuales no.

—Bien, entonces los veo mañana. Sí, yo les entrego sus saludos, adiós hyung —finalizó la llamada, observándome con intriga—. ¿Qué sucede? Estás muy callada —su mano acarició mi cabello, y la otra dejó su teléfono sobre la mesita de noche.

—No lo sé, las palabras de tu padre me hicieron ver que logramos dejar todo lo malo atrás y alcanzar esta bonita felicidad —alcé mi rostro para verlo sonreír y besar su mentón.

—Y eso es genial, ¿no? Ahora nada podrá separarnos ni arruinar nuestra felicidad y la de nuestros bebés —su mano acarició mi vientre con ternura.

—Eso es lo que me preocupa, que esta sea una felicidad momentánea y otra vez volvamos a sufrir. Quiero decir, ¿qué nos garantiza que Julieta y Jackson no volverán a intentar dañarnos, o a ellos?—mi mano ahora fue sobre la suya, que seguía en mi abdomen abultado. Mientras mi voz había salido llena de temor e intranquilidad por el incierto futuro.

› Emily Love Story 🌺 2 ‹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora