25; Contracciones de madrugada.

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Las contracciones que Emily sentía no eran para nada parecidas a las primeras que había sentido hace unas cinco horas atrás. Su dolor se había multiplicado, el trabajo de parto la estaba matando y, aunque ya se encontraba con taquicardia, sudando como si una lluvia la hubiese atrapado, su bolsa seguía intacta, síntoma que la hacía pensar que sus bebés aún no nacerían, y que estás eran unas simples contracciones de madrugada que pronto cesarían, por lo que suspiró, observando su desalineada figura en el espejo del baño, sosteniéndose con fuerza del lavabo. Estaba tan asustada que ni siquiera le salía la voz para gritarle a Jungkook que necesitaba ayuda. Algo estaba mal, podía sentirlo, tenia un horroroso mal presentimiento que la estaba atormentando y que iba más allá de el de ser madre primeriza.

—¡A-agh!—gimoteo con fuerza, sintiendo como sus piernas se mojaban, había roto bolsa, la hora de volar al hospital había llegado. Su respiración se agitó aún más, sus dolores no parecían dar tregua y apenas lograba sostenerse, inhalando y exhalando en busca de algo de calma, como tanto había estado practicando los últimos días. Por suerte, todo ese escándalo logró despertar a Jungkook, quien corrió a asistirla:

—¡Emily!—clamó asustado, tomándola por la cintura—¿Los bebés ya vienen?—él parecía incluso más asustado que ella y eso la hizo reír un momento, uno muy breve, que fue interrumpido nuevamente por otra fuerte contracción que arremetió contra ella y su efímera sonrisa que acababa de diluirse.

—¡A-ah, no grites, son las cuatro de la mañana!—bramó con fuerza, apretando los párpados, le dolía demasiado.

—Está bien, tranquilízate, estoy entrenado para esto, hace unos días hice un simulacro con Jin-hyung y Nam...—¡A-ah-agh, mierda! ¡No tengo tiempo para oírte, Jeon Jungkook! ¡Llévame a la maldita clínica, y llama a la doctora Na!—jadeó chillando de dolor, estaba exasperada, y su miedo la mantenía tan estresada que sentía que pronto su corazón se saldría de su pecho.

Jungkook corrió por sus pantalones y se puso una chaqueta sin nada debajo, tomó su teléfono y el abrigo más grande de Emily. Una vez la abrigó, corrió a abrir la puerta de par en par, y se devolvió al baño, la tomó en brazos y traspasó con celeridad el umbral de la puerta, notando que todos los vecinos se habían despertado, entonces los del primer piso se encargaron de abrir la puerta principal del edificio, mientras otro encendía el auto, y unas mujeres mayores abrieron la puerta trasera, moviendo los bolsos de los bebés al asiento de copiloto, para que él pudiese bajarla en el asiento trasero.

—Gra-agh-cias —les sonrió entre jadeantes quejidos a todos, con sus manos aferradas a su vientre, haciendo una leve reverencia con su cabeza antes de que la adentraran al auto. Una vez hecho, Jungkook cerró la puerta y se dirigió al asiento del conductor.

Una de las señora se ofreció a acompañarlos, ella había sido enfermera durante su juventud, por lo que era la acompañante perfecta.

Los vecinos se encargaron de despejarles el camino de salida del estacionamiento, y la señora, que ya se encontraba en el otro extremo del asiento, acariciaba la espalda de la nerviosa rubia primeriza que no dejaba de resollar.

—Lo harás bien, linda, no tengas miedo, solo respira, concéntrate en ello y no pienses en nada más —sus cálidas palabras fueron como un poderoso anodino, uno que creyó que solo su madre podría darle en tal situación, y ese sentimiento de abandono la hizo llorar. La extrañaba y deseaba que ella estuviese a su lado, sin embargo, enseguida recordó lo cruel que ella había sido y sacudió su cabeza, dándole paso a la razón, no debía pensar en eso, no ahora...

Unos veinte minutos después:

—¡Llegamos!—exclamó Jungkook, bajando del auto a toda velocidad, yendo en busca de la doctora y enfermeras, que ya estaban al tanto de su llegada, por lo que no tardaron en seguirlo, corriendo detrás suyo hacia la inminente madre de sus hijos—¡Aquí estoy, amor, aquí estoy!—farfulló agitado abriendo la puerta trasera del coche, e hizo acopio nuevamente de toda su fuerza y la levantó en brazos, haciendo que repose suavemente en la camilla.

› Emily Love Story 🌺 2 ‹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora